Calle Bailen 8 – Madrid, España | |||||||||||||||||||||||
Según la tradición, las grandes catedrales o las iglesias particularmente significativas siempre han contado con una sacristía de rica decoración artística. Cuanto más se retrocede en la historia, se hace más evidente que la iconografía de la sacristía está unida a temas litúrgicos. Si bien, con el transcurso del tiempo, estos motivos litúrgicos van disminuyendo, haciéndose cada vez más frecuentes las iconografías del colegio apostólico.
Reflexionando sobre nuestro tiempo, donde la Iglesia del Vaticano II considera de manera renovada la traición y donde precisamente en los últimos años se constata una especial sensibilización hacia la liturgia y el arte litúrgico, hemos creído adecuado introducir el tema de la liturgia, además porque la sacristía en nuestra tradición es el espacio de la preparación para la liturgia. En algunas liturgias la preparación tiene lugar en el espacio llamado «prótesis» y la misma preparación se acompaña de oraciones teológicamente densas. En estas oraciones aparece la creación del mundo como preparación del escenario para la entrada de Cristo. Se subraya así el vínculo orgánico entre creación, encarnación y redención. Considerando también los recientes itinerarios de nuestra teología, el tema de la creación del mundo se hace especialmente apropiado. No hay duda de que, por el racionalismo, el cientificismo y una especie de tecnocracia, se ha perdido el sentido espiritual del mundo. Por eso, precisamente porque ya no se conoce su verdadera naturaleza y su fin, la creación está amenazada por una posible destrucción y se abusa de ella. Aquí no basta una simple teología de la ecología, igual que, por ejemplo, no basta una teología feminista o una teología política o una teología del trabajo. Todas estas teologías corren el riesgo de estar demasiado marcadas por una respuesta a los retos inmediatos que provienen de la cultura, de la sociología, de la psicología. En cualquier caso, todas estas cuestiones deben ser llevadas y afrontadas en una visión teológica orgánica que tiene en cuenta la creación y la redención. Se deben descubrir nuevos escorzos significativos para una antropología de hoy pero dentro de los grandes temas dogmáticos. | |||||||||||||||||||||||
Pared del fondo.
Las dos manos de Dio Padre Creador: Jesucristo y el Espíritu Santo, representado por Maria, la Pneumatófora Sacristía de la Catedral de Santa Maria la Real de la Almudena
Madrid - España
Septiembre 2005
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Pared del fondo. Las dos manos de Dio Padre Creador: Jesucristo y el Espíritu Santo. El Padre crea el mundo con las dos manos, con Cristo y con el Espíritu Santo. «El hombre perfecto es la mezcla y la unión del alma que ha recibido al Espíritu del Padre y se ha mezclado con la carne plasmada a imagen de Dios. En efecto, por medio de las manos del Padre, es decir, el Hijo y el Espíritu, el hombre, y no una parte del hombre, está hecho a imagen y semejanza de Dios» (San Ireneo). Se pone el acento inmediatamente sobre el carácter personal, tanto de Dios como de la creación. Se pone de relieve el trasfondo trinitario de la creación que significa poner en el centro el amor, tanto de Dios como de la creación, el amor de Dios Padre, es decir, la comunión de las Personas. La creación tiene, así, un carácter personal, y por eso puede culminar en la participación del amor personal de Dios por parte de la persona creada. Por todo ello, al entrar en la sacristía, se encuentran delante dos escenas: Cristo crucificado y Pentecostés. Cristo crucificado: esta escena se presenta según el evangelio de Juan, es decir, su muerte se entiende como manifestación de la gloria de Dios Padre. Según algunos Santos Padres, cuya espiritualidad ha resumido S. Bulgakov, la creación está hecha en la forma de la cruz. «El Gólgota no sólo fue preestablecido desde la eternidad en la creación del mundo como acontecimiento temporal, sino que constituye también la sustancia metafísica de la creación... el mundo ha sido creado desde la cruz, erigida por Dios sobre sí por amor». El sentido del mundo y, en consecuencia, su realización, se llevan a cabo, pues, en la cruz del Señor. Por eso la cruz es la kénosis y la gloria. | |||||||||||||||||||||||
Cristo en cruz
Sacristía de la Catedral de Santa Maria la Real de la Almudena
Madrid - España
Septiembre 2005
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En Pentecostés, contemplamos al Espíritu Santo que baja sobre la Madre de Dios y la Iglesia. El Espíritu Santo comunica la vida de Dios. La vida de Dios es, en efecto, el amor de Dios Padre, que es principio de la comunión de la Santísima Trinidad. Por eso, al derramar en nuestros corazones el amor del Padre, realiza el principio de la Iglesia, de la comunidad. El Espíritu Santo vivifica porque, de hecho, hace posible la relación con Dios. Más aún, orando en nosotros incesantemente «Abbá», nos hace hijos adoptivos. Y no sólo eso, sino que, por la obra del Espíritu Santo, María de Nazaret se convierte en la Madre de Dios y da a luz al Hijo de Dios. | |||||||||||||||||||||||
El Espíritu desciende sobre la Madre de Dio
Sacristía de la Catedral de Santa Maria la Real de la Almudena
Madrid - España
Septiembre 2005
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En el primer espacio de las paredes laterales encontramos, en el lado de la Madre de Dios, es decir, de Pentecostés, al arcángel Gabriel y, en el lado de Cristo crucificado, al arcángel Miguel. Así se evidencia visualmente que el «espacio» entre el hombre y Dios está poblado de muchos seres espirituales creados por Dios para la amistad con los hombres. Son amigos y mensajeros. | |||||||||||||||||||||||
Pared derecha:
el arcángel Gabriel Sacristía de la Catedral de Santa Maria la Real de la Almudena
Madrid - España
Septiembre 2005
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Pared derecha En el lado de san Gabriel se desarrollan los diversos momentos de la creación. La primera escena de la creación es la creación de las aguas y los peces. | |||||||||||||||||||||||
Pared derecha:
la creación de las aguas y los peces Sacristía de la Catedral de Santa Maria la Real de la Almudena
Madrid - España
Septiembre 2005
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La creación de la tierra, de los árboles, de las plantas y del trigo: es la segunda escena de la creación. | |||||||||||||||||||||||
Pared derecha:
la creación de la tierra, de los árboles, de las plantas y del trigo Sacristía de la Catedral de Santa Maria la Real de la Almudena
Madrid - España
Septiembre 2005
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La tercera escena es la creación del hombre, es decir, Adán y Eva. | |||||||||||||||||||||||
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Blog católico que se fundamenta en la defensa de los valores del Humanismo Cristiano (Fundado: 7 octubre 2011)
domingo, 30 de julio de 2017
OBRAS DEL PADRE RUPNIK: LA SACRISTÍA DE LA CATEDRAL DE SANTA MARÍA LA REAL DE LA ALMUDENA
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