El caso Charlie Gard ha dado la vuelta al mundo en un debate que va incluso va más allá del propio bebé. En juego está el valor de la vida humana mientras se pone de manifiesto lo que el Papa Francisco llama "cultura del descarte". ¿Quién tiene derecho a vivir y quién no? ¿Existe la muerte digna cuando es provocada? ¿Puede el Estado decidir quien vive? Todas estas preguntas han circulado en el caso de este bebé británico.
Tristemente, este lunes 24 de julio los padres han anunciado que al haberse dilatado tanto la batalla legal, el tratamiento experimental que intentaban ya llega tarde, y ahora sólo esperan acompañar al bebé en sus últimos días.
A las preguntas sobre la vida en la debilidad ha respondido desde su propia experiencia de la enfermedad, y también desde su fe, Memé Alsina, una joven de Barcelona de 36 años.
A los dos años por consecuencia de una enfermedad vírica quedó tetraplejica. Los médicos no le daban muchas esperanzas de vida. Sin embargo, llegó a terminar la carrera de Biblioteconomía. Con un 98% de parálisis en su cuerpo a sus 36 años está trabajando en la libreria Balmes siendo la responsable de la página web y de la venta de libros online. Y además es catequista en su parroquia. Con estas credenciales de superación pese a la enfermedad analiza todo lo que rodea al caso Charlie en un artículo en Catalunya Cristiana.
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En defensa de la vida de Charlie
Hace semanas conocimos por los medios a Chris Gard y Connie Yates. Ellos son un joven matrimonio británico que se han visto obligados a emprender una desgarradora batalla para defender la vida de su hijo Charlie. Un niño que sufre una grave enfermedad y que la “mal llamada” justicia británica condenó a “morir dignamente” sin escuchar los ruegos desesperados de sus progenitores.
Ellos solo piden que a ese precioso bebe que hace 11 meses llego a sus vidas y los convirtió en papas no se le niegue la oportunidad de vivir. Pero gracias a la fuerza de sus padres millones de personas se han movilizado y reclaman que se permita a los padres aplicar a su hijo un tratamiento experimental que según afirman varios científicos podría mejorar los síntomas del pequeño.
La mal llamada "muerte digna"
Tras las palabras de “muerte digna” de nuevo se esconde la negación del derecho a vivir que todo ser humano tiene. Los que quieren forzar la muerte se esconden tras una falsa compasión, “evitar que sufra”, pero está claro que ellos creen bajo criterios utilitaristas que la vida de ese pequeño ya no tiene sentido porque nunca será como la de los otros niños. Vivimos en una sociedad que sus principios son: creer que la felicidad la da el éxito profesional, los bienes materiales o cosas semejantes, y eso explica que cuando a alguien le sobreviene un problema se derrumbe y no sepa encontrar sentido a su vida.
Todos sabemos que la muerte forma parte de la vida; no es una ruptura especialmente importante que debemos aprender a aceptar, sin embargo, cuando estamos en una situación difícil no esperamos que nos digan que la solución es la muerte, necesitamos que nos tiendan una mano de esperanza, que la gente que nos rodea nos muestre su cariño que nos digan que nos estamos solos, que nos ayuden a no rendirnos a pesar de las dificultades.
¿Como puede parecernos normal que un padre pida la muerte para su hijo? Lo normal de un padre ¿no es mostrar su cariño y estar al pie de cañón sea como sea su situación? En estos detalles es cuando nos damos cuenta de que forma podemos ser manipulados. Nos han hecho creer que es normal que un médico en determinadas circunstancias recomiende la muerte, que los valientes son aquellos que tiran la toalla y deciden que quieren acabar con su vida.
"La vida es un regalo que se nos hace"
Muy probablemente Charlie, aunque reaccione a ese tratamiento sufrirá secuelas graves y quizás no vivirá muchos años, pero no por eso hay que rendirse. La vida es un regalo que se nos hace a cada uno y nadie tiene derecho a juzgar bajo ningún criterio si una vida deja de ser importante y por lo tanto se puede eliminar.
A todos se nos ha puesto en este mundo con un papel único e irrepetible, con un principio y un final. El derecho a la vida no lo recibimos del Estado o de la sociedad por lo tanto ellos no pueden quitar ni a Charlie ni a ningún individuo lo que no le dieron.
Se nos llena la boca diciendo que unos de los deberes fundamentales del Estado es respetar y hacer respetar los derechos fundamentales de las personas, y sin embargo en este caso niegan el derecho a la vida a un bebe porque ellos creen que esa vida no es digna”. Como minusválida me indigna el que se considere que la falta de salud implica una pérdida de la dignidad humana, estemos sanos o enfermos, seamos ricos o pobres todos poseemos una igual dignidad. Ese es el rasgo que nos distingue como seres humanos.
La vida de Charlie Gard depende en estos momentos de la decisión de un juez
Una escuela de vida maravillosa
Tarde o temprano el sufrimiento va a llamar a nuestra puerta. Si estamos preparados y nos enfrentamos a esta situación con actitud de fe y humildad éste se puede convertir en una escuela de vida maravillosa. Desde la experiencia muchas veces pienso, ¿cuántas cosas me habría perdido si alguien hubiera pensado que por tener limitaciones mi vida dejaba de tener sentido? La vida es el gran regalo que Dios ha puesto en nuestras manos, debemos amarla, compartirla y agradecer todo lo que nos regala cada día, por eso cada vez que escucho que un enfermo pide la eutanasia siento una pena inmensa y la necesidad de ir a su lado y ayudarle a descubrir lo grandioso que es ese regalo.
No nos engañemos. ¿No será que la eutanasia no es más que una excusa para quitarse de encima a aquellos que estorban, ya sea enfermos o ancianos? ¿No será que algunos engañados creen que esa es la única manera de poner fin a su sufrimiento ¿no será el único camino que creen ver aquellos para los que su vida ha dejado de tener sentido?
Chris Gard y Connie Yates, desde aquí quiero agradeceros vuestra valentía y vuestra fuerza y pediros que no os rindáis porque con vuestra lucha a favor de la defensa de la vida no solo ayudáis a Charlie sino a millones de personas que creemos que hay que dejar a un lado las lamentaciones e intentar sacar la mayor partida a la vida; que las oportunidades no se presentan dos veces y por eso hay que aprender a disfrutar hasta de los detalles más pequeños. Estoy seguro que vuestro precioso bebe pese a todo es un niño feliz porque, aunque no os oiga ni os vea vuestro amor es tan fuerte que sabéis transmitírselo a través de esos canales misterios por los que solo en los sentimientos circulan.
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