Ciudad del Vaticano (Miércoles, 01-02-2017, Gaudium Press) Mons. Giampietro Dal Toso, Secretario del nuevo Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral, fue el enviado papal a la región de Alepo, en Siria, como una muestra de cercanía de la Santa Sede con los afectados por la guerra. El día 23 de enero, el prelado concluyó los seis días de su visita y ofreció al informativo Crux algunas impresiones sobre el testimonio de los creyentes que mantienen su fe a pesar de las dificultades.
Alepo comienza el proceso de recuperación en medio del padecimiento de las consecuencias de la guerra. Foto: José Luis Canales. |
"La situación permanece muy difícil: El hecho es que la ciudad está de nuevo bajo control del gobierno no quiere decir que todo ha vuelto a la normalidad", explicó el Enviado. "Lo que más me impresionó es que hay signos de que la vida comienza de nuevo. La impresión que tuve de la comunidad cristiana es que las personas son muy cercanas mutuamente, conectadas, y que son fuertes. Han reaccionado y continúan reaccionando a esta situación con esperanza".
Mons. Dal Toso comentó que su participación en las celebraciones religiosas le permitió percibir la vitalidad de la comunidad de creyentes. Además, pudo apreciar de primera mano la ayuda de la Iglesia a través de las organizaciones caritativas y las diócesis. "Quiero hacer énfasis en que las Iglesias locales, que son de varios ritos, están también haciendo un trabajo extraordinario para ayudar a los fieles", relató. "No sólo desde el punto de vista económico, sino también ayudando de otras formas, como la educación de los niños". El prelado destacó el acompañamiento pastoral, la reconstrucción de los hogares, la asistencia humanitaria, el acompañamiento psicológico y otros programas de la Iglesia en favor de las víctimas.
El Enviado papal viajó en una delegación que incluyó al Cardenal Mario Zenari, Nuncio Apostólico en Siria y Mons. Thomas Habib, Secretario de la Nunciatura. El viaje se realizó por encargo directo del Papa, quien lo instruyó para dar un mensaje de cercanía de la Iglesia universal con los cristianos sirios y la población en general.
Con información de Crux.
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