Las personas que empezaron con Ayuno por ti llevan ya un año y medio ayunando a pan y agua todos los miércoles por las intenciones de quienes se lo piden, pero sólo hace tres meses que lanzaron la página web y el perfil de Facebook que son ahora estandarte de la iniciativa. Están sorprendidos del éxito. Empezaron en Madrid y llegan ya peticiones de toda España y de América. Y no sólo peticiones de oración, también de colaboración: voluntarios que se ofrecen para esa práctica ascética y caritativa.
¿En qué consiste la red? Por un lado están quienes contactan con Ayuno por ti para pedirles que recen y ayunen por una intención determinada. Y por otro lado están quienes lo hacen, los ayunadores, que en este breve periodo de tiempo suman ya decenas de personas a quienes solo se les pide que faciliten una dirección de correo electrónico y unnick. Es lo mínimo imprescindible para informar de las intenciones de la semana y organizarlas, porque es norma en esta red la discreción para hacer el bien en humildad.
"De hecho, tenemos ayunadores que yo sé que se conocen entre sí, pero uno no sabe que el otro también lo es. Y por supuesto yo no les digo nada", nos explica Diego Cazzola, principal impulsor de esta iniciativa que, como ellos mismos la definen, "nace en la Iglesia católica y contempla la oración en comunión con la Iglesia y en unión al Papa Francisco".
Ante problemas muy serios
Diego y su esposa son orientadores en instituciones educativas, y la idea de poner en marcha la red les surgió cuando vieron que muchos de los problemas de los que tenían que ocuparse en su labor profesional diaria exigían algo más que consejos: exigían oración. Decidieron sistematizar esos casos y pedir ayuda para rezar por ellos a algunos amigos. Estaba naciendo Ayuno por ti.
Cada miércoles (o, quien así lo desee, también los viernes), Diego, que es quien centraliza y valora las peticiones, comunica a los ayunadores la intención por la que rezar el rosario ese día y suprimir todo alimento salvo pan y agua.
Cada colaborador es libre de ayunar con la intensidad que pueda: ya sea en cantidad suficiente de pan y agua para no pasar hambre, pero ofreciendo el sacrificio de privarse del sabor y el placer de cualquier otra comida o bebida; ya sea con ayuno en sentido estricto, es decir, pan en poca cantidad y sintiendo las protestas del estómago.
Dos requisitos mínimos
Ayuno por ti sólo pone dos requisitos a las peticiones que se les hagan: "Primera, que sean causas objetiva y realmente importantes. No podemos movilizar al ayuno a decenas de personas para que un chico apruebe la selectividad, salvo que haya circunstancias muy excepcionales".
Diego nos cuenta algunos de los casos más relevantes de los que ya se han ocupado: un matrimonio en dificultades porque uno de los cónyuges se había convertido a Dios al mismo tiempo que el otro se alejaba de Él; un niño con un tumor cerebral; o dos posesiones diabólicas "de las cuales por lo menos una sabemos que ya está en manos de la Santa Sede, porque eran tremendas, con dolores agudísimos, levitaciones y vomitadas enormes". También rezan y ayunan cuando hay alguna petición especial del Papa o de instituciones como Ayuda a la Iglesia Necesitada.
El segundo requisito es la implicación del peticionario: "No somos un sustituto, somos una ayuda. No hacemos algo en tu lugar, nos unimos a tu oración y tu ayuno". Porque se trata de que la iniciativa, aparte de la petición concreta, se haga también para bien espiritual de quien la solicita: "Pero somos conscientes de que para mucha gente es difícil rezar o ayunar, por eso venimos a complementarles".
Dos sacerdotes orientan
Entre los colaboradores de Ayuno por ti hay sacerdotes, dos de los cuales aportan su saber y autoridad de modo preeminente para valorar y organizar las peticiones. "Hay también una laica consagrada, varios matrimonios... El perfil de edad mayoritario está entre los 27 y los 50 años", concluye Diego.
La iniciativa crece muy deprisa como comunidad orante que es. Si quieres unirte a ella o pedirles algo, pincha aquí.
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