EL PINSAPAR
ENRIQUE / MONTIEL | ACTUALIZADO 28.06.2016 - 01:00
Gente sincera
EL domingo, y ayer lunes también, fueron días de muchas emociones, de un aluvión de informaciones y comentarios. Que resumió en su muro una amiga mía, siempre sincera, con estas palabras: No entiendo nada. El Brexit ya era algo complicado, con su secuela de Bolsas que bajan, depreciaciones de monedas y un horizonte de complejidades y oscuridades. Y también las estalactitas y las estalagmitas de las encuestas, el 'zarpajazo' anunciado, que es la traducción al gaditano del italiano 'sorpasso', que parece una palabra muy fina pero menos. A mí, francamente, lo único que me preocupaba del día era que las urnas se llenaran hasta los bordes y que ganaran el San Fernando y el Cádiz. Es que respeto tanto lo que las urnas traen que, traigan lo que traigan, siempre quiero pensar que es lo mejor para los españoles, que por eso lo piden voto a voto. O sea, ahora, a esta amiga sincera y a tantas personas sinceras que hay, porque es verdad que las hay, yo les diría que para entender algo hay previamente que no entender nada. Esto es, ¿hoy martes entiendes algo más que el domingo de tu perplejidad? Sería formidable porque eso indicaría que sabes con mucha aproximación en que va a acabar el precipitado de las urnas de España. Pero por experiencia le diría que ahora estamos en esa fase de la guerra en las películas en las que se echan botes de mucho humo para tomar posiciones. Camuflaje se llama. Porque parece claro que ninguno -ninguno- quiere ir de nuevo a unas elecciones, otras elecciones, la tercera que dicen que es la vencida. Ninguno. Para que no le demos nosotros el zarpajazo a todos. Antes no había suficiente levadura para el souflé, pues más levadura en la masa llamada PP, para que se pueda hacer un gobierno, que no sería monocolor, monopepé, que sea un gobierno más amplio con un programa compartido para que en España, que es lo que interesa, ¿NO?, no triunfe el 'Espaexit', nadie se vaya, todos pongan su monedita de oro en hacer un futuro inmediato menos doloroso para los que tienen menos o no tienen nada; más solidario, fecundo y verdadero.
Mi amiga espontánea y sincera no entendía nada ayer, sobre todo lo de Rajoy, porque la habían convencido -pienso- de que Rajoy era la imagen del mal absoluto. Ahora la intentarán convencer de que todos esos millones y millones de votos de Mariano lo son del miedo… Vamos, que España es un país de viejas ateridas de frío y muertas de miedo. Cuando la verdad es la que se ve, lo que había en las urnas.
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