
Los que asistían al catecumendao y pre-catecumendo "eran los más pobres de entre los pobres desde el punto de vista económico"

Con respecto al proceso de los nuevos fieles, el prelado refirió que “después de tratar de conocer el estado de cada persona que asistía a las reuniones de oración y catequesis, admitimos a aquellos que cumplían con los requisitos necesarios para el catecumenado y los demás al pre-catecumenado. Ambos eran los más pobres de entre los pobres desde el punto de vista económico”. Y agrega Mons. Mattiazzo, “algunos no tenían ni siquiera el dinero para comprar un par de zapatos y venían descalzos a las reuniones, incluso con el frío y la lluvia. Por tanto, decidimos iniciar una forma de micro-créditos y, entre otras iniciativas, tomamos medidas para dar zapatos a los que estaban descalzos.
El obispo de Padua añade que el anuncio del Evangelio siempre va de la mano, cuando no está precedido antes, de la caridad y de la promoción humana”. De tal manera señala que disponían “de una pequeña casa inhabitable incluso para los estándares locales. Pensamos en restaurarla y mientras tanto, mientras se realizaban las obras, colocamos una gran tienda de campaña para acoger a los catecúmenos y pre-catecúmenos”.
La ceremonia de Pentecostés, y la celebración de los sacramentos fueron prepararos “con una especie de Triduo, el viernes y el sábado en particular, con una oración y catequesis”. “El sábado por la mañana celebré tres ritos”, -explica Mons. Antonio Mattiazzo- “el rito de effata, el exorcismo y la admisión a la Iglesia Católica de las personas provenientes de otras confesiones cristianas”.
Fides ha señalado que a las reuniones asistieron numerosos “miembros de los consejos pastorales de Kofele y de las comunidades cristianas de Gode, Denda, Cacia, pertenecientes a la parroquia de Kofele”. El obispo Mattiazzo destaca que ellos mismos han podido ver cómo nace una comunidad cristiana, comprometiéndose a seguir apoyando a la comunidad y a llevar a cabo una obra de evangelización. Si de los países de la antigua cristiandad no vienen misioneros, nosotros nos proponemos formar a los laicos a ser discípulos misioneros, como ha pedido y espera que sea el Papa Francisco”. Por último Mons. Mattiazzo cuenta que la comunidad católica cristiana está compuesta por 36 personas; una pequeña semilla que necesita ser reforzada con la mistagogia para crecer, fructificar y expandirse”.
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