Os encontráis visitando diversas ciudades españolas. ¿Cuál es el propósito de este viaje?
Hemos venido a España invitados por franciscanos y amigos de la Custodia de Tierra Santa, para hablar de la situación de los cristianos en la tierra natal de Jesús, dar a conocer cómo y de qué vivimos, cuántos somos…
En Asturias, concretamente, no hemos dado conferencias, pero en otras ciudades sí. Llevamos 10 días en vuestro país, Primero estuvimos en Madrid, de Madrid fuimos a Valencia, a Teruel, luego Salamanca, a Vigo, y hemos estado también en un sitio muy bonito, Santiago de Compostela, y aquí estamos ahora. Mañana salimos hacia Gerona porque tenemos un encuentro con familias cristianas que estuvieron con nosotros en Belén, en Semana Santa.
Sabemos que en Tierra Santa el éxodo de cristianos es una sangrante realidad que no cesa. ¿Cómo están las cifras actualmente?
La comunidad cristiana suponía hace unos años más del 35% de la población en Belén. Ahora somos menos del 1%. La gente se va principalmente para poder tener un trabajo y disfrutar de una vida normal, algo que, por el momento es muy difícil en Tierra Santa. Además del trabajo y de las dificultades económicas, en toda la zona mediterránea tenemos el problema de la guerra de Siria que de una u otra manera nos afecta. En Palestina es más bien una guerra religiosa.
¿De qué viven y cómo se sustentan económicamente los cristianos en Tierra Santa?
Concretamente en Belén vivimos del turismo. Desde las cooperativas en las que trabajamos la madera de olivo, y el nácar, para vender a los turistas, hasta los hoteles y restaurantes. Es una gracia muy grande ser cristiano en Belén, pero a veces es muy duro, porque es difícil llevar el nombre de Jesús en la zona en la que vivimos, en nuestros días, y especialmente, en nuestros países vecinos: Siria, Egipto, etc.
¿Cómo está la situación para poder peregrinar hasta los santos lugares?
La percepción aquí es muy diferente a la real. Aquí cuando hablas con alguien para decirle que vaya a Tierra Santa, suelen contestarte que tienen miedo por la situación política, pero en realidad no es así. Es una zona muy protegida, y concretamente los santos lugares no tienen problemas.
¿Cómo es la relación entre los cristianos, los judíos y los musulmanes?
Es muy difícil de explicar brevemente. Nosotros, gracias a Dios, tenemos muy buena relación con los hermanos árabes. Ahora mismo, por ejemplo, ellos están en Ramadán, yo tengo a muchos amigos ayunando, y les respetamos, igual que ellos respetan nuestras Navidades y nuestra Semana Santa, por ejemplo. Hay muy buena relación con ellos.
¿El problema fundamental, entonces, para los cristianos en Tierra Santa es la precariedad de trabajo y la falta de oportunidades?
Si la situación sigue así, con los conflictos políticos y la falta de oportunidades, dentro de 10, 15 ó 20 años, no va a haber cristianos en Jerusalén, Belén o Nazareth, lugares tan importantes. No sólo para nosotros, que hemos nacido allí, sino para cada cristianos del mundo.
La movilidad es otro problema, para las personas que quieren, como vosotros, viajar.
Sí, porque para nosotros la única manera que tenemos de salir es a través de Jordania. Vamos desde Belén a Jericó, y de ahí a Ammán (Jordania) y a Madrid. Son casi dos días de viaje, pero si tuviéramos el permiso, podríamos ir desde Tel Aviv y estar en 4 horas en España. Ese permiso sólo lo conseguimos cuando están las cosas tranquilas pero ahora con los conflictos ha crecido el odio y nos ponen muchas dificultades para viajar.
Arzobispado de Oviedo
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