Misioneros franciscanos al servicio
de la Tierra Santa
El martes 31 de mayo, franciscanos y peregrinos han subido hasta la iglesia de la Visitación, en Ain Karem, para celebrar el encuentro de María con su prima Isabel y, en cierto modo, el de Jesús con Juan Bautista. Este santuario, circundado por un jardín con abundancia de flores del que emana una atmósfera de gran serenidad, es el lugar donde por primera vez se cantó el Magníficat.
Para los franciscanos de la Custodia, la fiesta la Visitación está asociada a la entrega del ministerio de Lector y Acólito a los seminaristas, que este año son 18 de distintas nacionalidades.
La asamblea esperaba el inicio de la misa en una iglesia llena a rebosar. El vicario custodial, fray Dobromir Jasztal, ha presidido la celebración. En su homilía ha recordado la gracia especial de poder celebrar la Visitación en el lugar mismo donde ocurrió. «El evangelio del día nos hace admirar la fe de María, su humildad, su caridad y su alegría. Humildemente acogió la llamada de Dios y realizó inmediatamente el mensaje del hijo que lleva en su seno. María viene aquí, a Ain Karem, para servir a su prima Isabel, cumpliendo lo que el niño que porta en su seno dirá más tarde: "El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir"».
Al finalizar la misa fray Wladyslaw Brzezinski ofm, el superior del convento, a invitado a todos los presentes a un refrigerio en el patio. «Esta visita tiene una gran importancia -ha subrayado fray Wladyslaw-. María, que lleva en su seno el Arca de la Nueva Alianza, viene al encuentro de Isabel: el Antiguo Testamento. Este es un lugar que representa al mismo tiempo al Antiguo y al Nuevo Testamento, pero sobre todo es un lugar que lleva la Nueva Alianza al mundo entero».
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