Desde los inicios de SED VALIENTES y en más intensidad cuando el mismo se ha situado, por obra y gracia de Dios, en un lugar preferente como divulgador de todas las noticias que tenga que ver con la religión católica así como en los valores en los cuales se fundamenta el humanismo cristiano decidí que el artículo que escribiera cada 25 de diciembre fuese muy especial y estuviera dedicado a una o varias personas que aunque no se lo crean ayudan mucho a los demás y se convierten a fuerza de vivir su particular día a día en un auténtico referente.
Pienso que existen muchos modelos, muchos referentes en los que fijarnos para acompasar nuestras pisadas a las suyas. Lo que pasa que los mismos o están lejos o están demasiado altos y las mejores metas se consiguen cuando son más asequibles de realizar.
Por eso me gusta destacar la vida de personas no tan conocidas mundialmente pero que la tenemos cerca y podemos fijarnos en ellas con sus virtudes y también defectos que de todo se aprende.
En estos años el Día de Navidad he dedicado mi artículo a personas que a mi me han reportado y siguen haciéndolo mucho en mi vida personal y a su vez, sin ellos ser conscientes de esto, con muchos que a diario los rodean.
Y hoy viernes 25 de diciembre, Día de Navidad quiero dedicar este humilde artículo a modo de carta abierta a mi querido amigo y Hermano en la Fe y en la Caridad como es Gonzalo Díaz-Alersi Rosety.
Mi querido hermano:
¡La verdad es que hace tiempo te tenía ganas aunque he esperado a este día tan especial para escribirte lo que pienso y siento!
Nos conocemos hace ya algunos años y más concretamente desde que ingresé como Caballero de la Real y Benemérita Institución de los Caballeros Hospitalarios Españoles de San Juan Bautista. Siempre me pareciste un hombre íntegro, de los que no hay doblez, de los que al pan pan y al vino vino, de los que te habla con claridad y lo hace mirándote a los ojos.
Eres un hombre desprendido y eso te hace no tener tiempo para nada pues lo mismo estás en tus labores profesionales, por la cual te conoces a todo Cádiz, que atendiendo a nuestra querida Hermandad de Vera+Cruz o en Caballeros Hospitalarios así como todo lo que llevas para adelante y que pocos, salvo Iñaki, tu mujer, que es la que sufre pacientemente todos los "líos" en los que está metido su marido.
Pienso que cuando el Papa Francisco dijo aquella frase que ha quedado para la posteridad de que hay que hacer "lío" pensaba en personas como tu querido Gonzalo, de tu entrega, de tu capacidad de servicio, de tus brazos abiertos, de esa fuerza desconocida que sale de tu propia alma y que hace que no solo te mueva a ti cuando ya el cansancio va venciendo sino que con tu ejemplo tantos se embarquen en los proyectos que tienes entre manos.
Fiel enamorado de Dios, de tu mujer, hijos, Familia, amigos, del mar, de la carretera, de Cádiz, de España...
Gonzalo, eres una persona íntegra, veraz, que actúas con las consecuencias que lleva la coherencia de vida a todo lo que haces. Para ti no existen las medias tintas, la veleidades, la hipocresía, los "golpecitos en la espalda" que después se convierten en dolorosas dagas. No, mi querido amigo, el Gonzalo que yo conozco, y que me honra con su amistad, es una persona de Bien que se entrega a todos desde que se levanta hasta que se acuesta. Eres un hombre justo, de grande convicciones morales, de fe recia, de espíritu de sacrificio constante.
Eres de los que con tu ejemplo y actitud santificas la vida diaria.
Eres un fiel hijo de nuestra Madre la Iglesia a la que sirves siempre en la forma y el modo que ella quiere ser servida ya sea de forma directa o por medio de los apostolados y carismas en los que te encuentras inmerso.
Cofrade hasta el tuétano, Franciscano de corazón, cien por cien Hospitalario.
Llevas grabada a fuego en tu alma lo que es la Caridad Cristiana y para llevarla a cabo no te importan ni los días, ni las horas, ni tu Familia, ni tu trabajo ni nada de nada. Eres de los que ves en los ojos secos de los que no esperan ni tienen nada el mismo rostro de Cristo.
Tienes una mujer extraordinaria como Iñaki Sánchez Ureba que siempre está a tu lado apoyándote en todo, acompañándote y ofreciendo también sus brazos, tienes unos hijos, una Familia, un cómputo de amigos que son verdaderos hermanos que siempre están para las duras así como a las maduras.
Ahora me imagino que estarás con el teléfono en la mano preparando todo lo relativo a la cena de los albergados de Caballeros Hospitalarios, seguro que tramitando aquél problema o buscando la solución a otros. Te oigo hablar rápido, casi atropelladamente, porque por tu cabeza pasan demasiadas cosas a las que hay que atender sin demora porque cuando el prójimo nos necesita su tiempo se convierte en el tuyo.
Para mí, mi querido hermano Gonzalo, es un honor acompañarte en esta misión tan bonita, tan gratificante y a la vez dura como es la que ejercemos en Caballeros Hospitalarios porque en personas como tú y como tantos buenos hermanos que pertenecen o han pertenecido a nuestra Benemérita Institución he podido conocer lo que es en verdad la Caridad Cristiana sin ningún tipo de aditivos, ni colorantes añadidos porque el ejercerla es convertir tus manos en las manos del Señor.
Feliz Navidad hermano, Feliz Navidad a tu mujer, tu Familia, a todos cuantos te quieren, te respetan, te admiran y también te necesitan.
Sé por tu carácter humilde y sencillo que te apabullará esta carta aunque entiéndeme que te la escriba porque hoy que es el día que nos ha nacido el Redentor, el Mesías, el Señor en una gruta en el Belén de nuestras vidas quería decirte y decirle al mundo lo que te admiro, respeto y quiero hermano.
Recibe un fraternal abrazo en el Amor y la Caridad del Niño Dios.
Jesús Rodríguez Arias
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