COFRADEMANÍA 24 de octubre; día especial para los hermanos de la Coronación
0 comentarios
Escrito por: Andrés Cañadas 24/10/2015 | 15:32h
Hay una cofradía en Jerez, a la que llaman de la Coronación de Espinas, que atesora buena parte de su patrimonio inmaterial en esa arteria principal de las devociones, esa corredera de fervores no exenta de embrujos, duendes y nostalgias, que bajo el nombre de Calle Bizcocheros, se convierte durante todos los días del año en un pasadizo de la memoria, donde caben millones de recuerdos, todos ellos vinculados a su vez, a la Semana Santa de Jerez.
Una cofradía que está de aniversario, celebrando 400 años de vida, ya que hay que remontarse a comienzos del siglo XVII para descubrir el origen de la corporación que hoy ocupa sede en pleno corazón del barrio de ‘La Albarizuela’, nombre que el vulgo comenzó a dar a la zona de San Pedro más cercana a la salida hacia el camino de Arcos, debido al tipo de tierra albariza sobre la que se extendían los terrenos colindantes, a los antiguos huertos de la Comunidad de Padres Dominicos.
En esa fecha, concretamente en 1601, y a cargo de un numeroso grupo de comerciantes de tejidos arracimados en la zona gremial de Jerez por excelencia, como era el entorno del Arroyo de los Curtidores, se marcaron las bases para la fundación de una hermandad que venerase a San Juan Bautista, corporación que se estableció en San Salvador ?posterior Colegial- pero que por unas causas o por otras no alcanzó un definitivo apogeo hasta 1615.
Y vaya si lo alcanzó, y vaya si lo mantuvo, ya que ahora celebra un cumpleaños al alcance de muy pocos, haciéndolo además con hechuras de cofradía grande y señorial, lo que este sábado quedará demostrado una vez más, como sucede invariablemente cada año por primavera, cuando los inciensos regresan a un barrio que por su angostura puntual, es enclave propicio para que surjan los más emotivos encuentros entre palios y balcones, y por su anchura, estrecha y amplia a la vez, es lugar de serena contemplación de los pasos cuando están detenidos, siempre entre cofrades y devotos de lujo, de esos que habitualmente saben elegir bien los sitios a los que ir, cuando regresan los azahares.
Por eso, qué mejor regalo este día 24 de octubre, que el de salir al encuentro de una historia que no siempre fue fácil, como la de aquellos años en los que se acuñó la entonces dolorosa frase que decía “..mientras haya purpurina, la Coronación camina.” y que andando los tiempos supo transformarse en ejemplo para muchos, en meta para otros, y en referente siempre para el orbe cofrade de la ciudad.
Estamos de enhorabuena. Y bien que debemos todos alegrarnos por ello, a la vez que predisponernos a vivir un día mágico de esta Semana Santa de otoño de cada temporada, en la que vamos a tener la gran suerte de recrear un Domingo de Ramos, de esos que saben sentirse orgullosos de la luz y de las sombras cuando el sol de la tarde recorre decadente unos espacios infinitos, callejeando para buscar al Cristo burlado en el Pretorio, y a la guapa dolorosa de la Paz en su Mayor Aflicción, aquella que da sentido a los días, desde su capillita selecta de la calle Don Juan.
Enhorabuena hermanos, y muchísimas felicidades.