En España el PSOE quiere sacar la asignatura de Religión de las aulas de todos los colegios, públicos y privados. Padres, profesores y expertos defienden su permanencia en las clases.
1. Es un derecho constitucional
Dos artículos de la Carta Magna avalan su enseñanza. El 27.2 dice que «La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades fundamentales».
Y quienes tienen convicciones religiosas defienden que el hecho religioso es fundamental para ese pleno desarrollo. El artículo 27.3 afirma que «Los poderes públicos garantizan el derecho que asiste a los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus propias convicciones».
El derecho, por tanto, es de los padres, no de la Iglesia. Por eso es de oferta obligatoria pero de elección voluntaria.
2. Elección mayoritaria de los alumnos
Enlazando con el derecho de los padres, es importante no pasar por alto que un 65% de los alumnos en Secundaria eligieron la asignatura de Religión el curso pasado. En comunidades como Andalucía, según datos presentados en la reciente Asamblea de los Obispos del Sur, el 80% de los niños la cursaron voluntariamente en Primaria.
3. Ofrece una visión plural de la sociedad
La propuesta del Partido Socialista ha sido muy criticada por una parte significativa de los padres. «Es una absoluta falta de respeto hacia la libertad religiosa de los españoles, sea cual fuere su confesión religiosa», afirma un comunicado de la Concapa (Confederación Católica Nacional de Padres de Familia y Padres de Alumnos). Para la Concapa, con esta medida, el PSOE pretende «imponer a todos los alumnos en el sistema educativo su propia ideología y una visión uniforme de la sociedad».
4. Previene contra la intolerancia
Expertos como Rafael Palomino, profesor titular de Derecho Eclesiástico en la Universidad Complutense de Madrid, advierten además de que la supresión de la Religión fomentaría la intolerancia. «No son pocos los instrumentos internacionales que entienden que un clima social de tolerancia pasa por una educación religiosa en la escuela. Su ausencia contribuye a la marginación del fenómeno religioso y fomenta los radicalismos, especialmente respecto de las religiones minoritarias», dice.
5. Evita la discriminación por razones económicas
Desde la perspectiva socioeconómica, no impartir Religión en la escuela supondría, asegura María Roca, catedrática de Derecho Eclesiástico en la Universidad Complutense, «una discriminación para quienes no tuviesen medios económicos para pagar las clases fuera de la escuela pública».
6. Mayoritaria en países de nuestro entorno
La mayoría de los países europeos (a excepción de Francia y Albania), detalla Rafael Palomino, «mantienen la enseñanza de la Religión en la escuela pública bajo una de las dos modalidades: enseñanza de religión confesional o enseñanza acerca de las religiones. Y de entre esa mayoría, son a su vez mayoritarios los países que mantienen la enseñanza de religión confesional».
7. Es parte de los acuerdos internacionales
Otro punto a tener en cuenta es el de los acuerdos con la Santa Sede, que «son tratados internacionales que prevén que se imparta la asignatura con el carácter de ordinaria. El incumplimiento de un pacto internacional es contrario al Derecho Internacional», recuerda María Roca.
«Cuando estos acuerdos entran en vigor son también Derecho interno y España es un país serio. Además, no es un privilegio de la Iglesia Católica. También hay acuerdos desde 1992 con las confesiones islámica, judía y evangélica para que se atienda su formación religiosa», concluye.
8. Sin Religión, no se entiende Europa
Avelino Revilla, exdelegado de Enseñanza de la Diócesis de Madrid explica que «Europa no se entiende sin el Logos (la razón) griego, el Ius (derecho) romano y la tradición judeocristiana. Independiente de que se crea o no, hay que estudiarla; hay que saber lo que dice y por qué lo dice». Por eso defiende que sea evaluable.
«Luis Gómez Llorente, histórico socialista–cita Revilla–, decía “lo que no se evalúa, se devalúa”. No hacerlo con la Religion sería un dislate pedagógico. En las aulas no se evalúa la fe, para eso está la catequesis, sino los conocimientos. Lo mismo ocurre con las doctrinas filosóficas. A Marx o a Kant se les puede creer o no, pero hay que estudiarlos y examinarse de ellos».
9. Esencial para entender nuestra cultura
La mayoría de las expresiones artísticas, literarias o musicales europeas tienen referencias religiosas. Sin la Religión, por ejemplo, es difícil entender a Bach.
Profesores de Historia del Arte de diversas universidades españolas han expresado en otras ocasiones a ABC su «preocupación» por el creciente «analfabetismo religioso» de los estudiantes. Este «empobrecimiento cultural» les pasa factura, según apuntan, «a la hora de cursar estos estudios u otros relacionados con las humanidades».
10. Miles de puestos de trabajo
Y por último, pero no menos importante. La Federación de Sindicatos Independientes de Enseñanza, mayoritaria en la concertada, le avisa al PSOE de que su propuesta «pone en peligro miles de puestos de trabajo tanto en la enseñanza pública como en la concertada».
Por ello, recuerdan a Pedro Sánchez las palabras del exministro Ángel Gabilondo: «Es indispensable el acuerdo para dar estabilidad económica, política y legislativa. Si no hay consenso educativo, no hay solución».
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