La propuesta de la nueva ejecutiva del PSOE de suprimir la clase de Religión y construir un «Estado laico» fractura a los barones, a los históricos y a los cristianos socialistas
Quejas y crujido de asientos en las filas del PSOE, después de que el secretario general de los socialistas, Pedro Sánchez, haya anunciado que si llega a la Moncloa tendrá como «prioridad» establecer en España un Estado laico, revisar los Acuerdos internacionales suscritos entre el Estado y la Santa Sede, y eliminar del currículo la asignatura de Religión, en contra de lo que ocurre en todos los países europeos. Históricos dirigentes del PSOE, la federación de Cristianos Socialistas, e incluso algunos barones del partido que habían acordado una tregua de no agresión a Sánchez hasta las elecciones, se han visto sorprendidos por este anuncio, que tildan de «populista» y de «dislate».
Una de las voces más claras contra la propuesta de Pedro Sánchez ha sido la del exalcalde de La Coruña y exembajador ante la Santa Sede, Francisco Vázquez. En declaraciones a Alfa y Omega, Vázquez asegura que «es una torpeza enorme, fruto de la ignorancia o del sectarismo, abrir un problema que no existe en ningún país de Europa; sobre todo porque la cuestión religiosa, con la territorial y la militar, han sido las que más han dividido a los españoles en los últimos siglos». Para Vázquez, que intervino en la elaboración de la Constitución y formó parte del Comité Federal del PSOE durante décadas, «esta propuesta crispa la convivencia, en lugar de aglutinar a todos los ciudadanos en torno a un mismo proyecto de convivencia; y eso espanta a los votantes».
Vázquez advierte de que, «si insiste en este planteamiento, Pedro Sánchez deslegitima de un plumazo las políticas que todos los gobiernos socialistas anteriores pusieron en marcha en aras de la convivencia; excluye a todos los católicos de la militancia socialista con una hostilidad no vista desde hace décadas; y abandona el centro político, que es donde se ganan las elecciones». Y concluye: «Arrogarse la representatividad de una generación para algo tan marginal y sectario como establecer un Estado laico es una desmesura, que pasará factura electoral y es fruto del vacío ideológico del actual PSOE. Este era el momento de agradecer a la Iglesia todo lo que está haciendo en estos años de crisis, no de atacarla con este dislate».
Críticas públicas y en privado
Otra de las voces que se han alzado públicamente contra la propuesta de Sánchez ha sido la de Cristianos Socialistas, federación que aglutina a más de mil simpatizantes y que ha pedido que el secretario general «se acerque a los modelos educativos que triunfan en Europa desde una visión laica, no laicista, positiva e inclusiva» del hecho religioso. Como alternativa, plantean una asignatura no confesional diseñada por el Estado, aunque esa solución se toparía con la jurisprudencia del Tribunal de Estrasburgo, que recuerda que solo una autoridad religiosa puede establecer los contenidos de un credo religioso.
En privado, las críticas se tiñen de oportunismo. Fuentes cercanas a la dirección del PSOE reconocen aAlfa y Omega que varios barones socialistas están incómodos con el laicismo de Sánchez, como la presidenta andaluza Susana Díaz o el manchego Emiliano García Page, y que «como estas cosas terminan por ser sinónimo de batacazo electoral, ya están esperando a la caída del líder para marcar un nuevo rumbo, más cerca del centro y más lejos del sectarismo».
José Antonio Méndez
No hay comentarios:
Publicar un comentario