“Mis funerales quisiera que fuesen vividos a la luz de Cristo Redentor, desde la liturgia a los cantos”, fueron las palabras que el sacerdote, fallecido este 29 de junio a consecuencia de un cáncer, expresó al Prelado, tal como reveló Mons. Pichierri durante su homilía.
El P. Salvatore fue ordenado sacerdote el 16 de abril luego de una cuidadosa evaluación de la Congregación para el Clero, que certificó que el entonces seminarista estaba listo para recibir el orden sacerdotal. La historia del seminarista de 38 años conmovió al Papa Francisco, quien lo llamó por teléfono dos días antes para asegurarle que sería presbítero y que su primera bendición se la impartiría al Pontífice.
Durante la homilía, Mons. Pichierri, visiblemente conmovido, transmitió las palabras que le confió el sacerdote y en las agradecía a su padre, a su hermana, a su abuela y a su madre por estar a su lado durante toda su enfermedad. “El Señor conforte y de consolación a ti, mamá Filomena”, leyó el Prelado. Hoy, “es fiesta en el Cielo”, agregó.
“El P. Salvatore manifestó y dio testimonio en su larga enfermedad de una fe grande y profunda, radicada en la voluntad de Dios. Advertía el deseo de ejercer el ministerio sacerdotal entre los enfermos para llevar consuelo y confianza”, afirmó el Arzobispo.
En ese sentido, animó a los fieles y amigos del sacerdote a no desanimarse, pues si “nuestro hombre exterior se va descomponiendo, lo interior por el contrario se renueva día tras día”. “Nosotros no fijamos la mirada en las cosas visibles, porque son momentáneas, mientras aquellas invisibles son eternas”, afirmó.
En ese sentido, señaló que mientras el cuerpo del P. Salvatore era gastado por el cáncer, “su espíritu era por el contrario alado en Dios, y su corazón abierto a la Iglesia, a los hermanos, a sus seres queridos, a la humanidad entera”. “Me ofrezco por la Iglesia y por toda la humanidad”, expresó el sacerdote al Prelado.
La Arquidiócesis de Trani-Barletta recordó en un comunicado que el P. Salvatore tuvo una expresión recurrente ante "las muchas personas que en los últimos meses han ido a visitarlo": "ser sacerdote es hermoso".
"A pesar de su enfermedad, siempre abrazó cálidamente a todos aquellos que lo solicitaron. A todo el mundo oyó hablar. A todos consoló", indica.
El sacerdote nació en Barletta el 7 de marzo de 1977. “Recibió una educación cristiana sólida gracias a una familia unida y muy religiosa. Fue un joven siempre involucrado en la vida de la Iglesia”, afirmó la Arquidiócesis.
Había ingresado al seminario en el año 2011. "Dentro de la comunidad resultó ser un hombre de oración, de profunda espiritualidad y gran apertura cultural".
"En el último año Don Salvatore pasó mucho tiempo en los hospitales y a pesar de su dolor desgarrador, siempre ha encontrado el tiempo y las palabras adecuadas para animar e inspirar esperanza".
"En los últimos días de vida cuando la vista iba en disminución, dijo que había aprendido a orar con la naturaleza. Oró combinando incesantemente su débil voz al ritmo de la vida que a través de su balcón entró en su habitación", concluye el comunicado.
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