Aquí tienes las ocho leyes que dio Abraham Lincoln y que, a no dudarlo, son de gran sabiduría:
- No llegarás a la prosperidad despreciando la economía.
- No puedes fortalecer al débil debilitando al fuerte.
- No puedes ayudar al obrero degradando al que le paga su salario.
- No promuevas la hermandad de los hombres incitando al odio de clases.
- No puedes ayudar al pobre destruyendo al rico.
- No puedes establecer una seguridad bien fundada con dinero prestado.
- No puedes dar al hombre valor y carácter, quitándole su iniciativa y su independencia.
- No puedes ayudar a los hombres haciendo lo que ellos podrían hacer.
Consejos a nivel humano; pero si sobre ellos proyectamos la luz del Evangelio cobrarán nuevo sentido y elevación.
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