Entrevista al capellán: ''La gente quiere ver gestos''. Muchos de esos muchachos son de otra religión. Nuestro carisma es la reeducación de los jóvenes
Roma, (Zenit.org) H. Sergio Mora | 121 hitos
El Jueves Santo, el papa Francisco celebrará en la cárcel para menores de Casal de Marmo, en la periferia de Roma. Benedicto XVI les había visitado al inicio de su pontificado. Ahora es el papa Francisco. Todos ellos mostraron sorpresa aunque muchos son de otras religiones.
ZENIT entrevistó al capellán, padre Gaetano Geco, en el centro de recuperación Borgo Amigó, quien ilustró particulares interesantes del trabajo con los menores.
El padre Gaetano, capellán de la cárcel de menores de Casal del Marmo, de la familia franciscana de los terciarios capuchinos de la Virgen de los Dolores, o padres "amigonianos", porque su fundador fue monseñor Luis Amigó, de Valencia, España.
Si bien es de San Giovanni Rotondo, la tierra de Padre Pío, el actual capellán eligió otra orden: la de los amigonianos. Porque se enamoró de esa vocación: la reeducación de los jóvenes. Estudió en seminario, el noviciado lo hizo en España, en Albacete, y en Roma, fue ordenado sacerdote. Trabajó en Cerdeña por varios años, en una casa de rehabilitación. Desde 1981 pasó a ser capellán de la cárcel de menores de Casal de Marmo en la periferia de Roma. Una cárcel en el pleno sentido de la palabra.
Ya tuvieron la visita de Benedicto XVI, ¿verdad?
--Padre Gaetano: Benedicto XVI en el 2007 celebró aquí, fue una experiencia extraordinaria. Los jóvenes lo vieron de cerca. Benedicto XVI se conmovió cuando les encontró, les apretaba la mano, se le veía en los ojos. Fue un día de primavera y de luz y por el funcionamiento del centro estuvimos preparando la visita durante un mes.
Y ahora Francisco...
--Padre Gaetano: Ahora el papa Francisco viene y nos encuentra, esto está poniendo en efervescencia a medio mundo. Los jóvenes esperan al papa. Va a celebrar como era su costumbre en Buenos Aires, en un lugar de sufrimiento, de pobres. Si lográramos con menos formalidades ir a la esencia del evangelio sería maravilloso. En la cárcel he pasado mucho tiempo con los jóvenes leyendo solamente el evangelio, y desde allí se abre un mundo entero.
¿Están preparando algo?
--Padre Gaetano: Con el papa Francisco no habrá necesidad de preparar nada porque quiere arrodillarse en el piso. Lo que queda en la imagen de la gente son las cosas sencillas. Puedes hacer un discurso maravilloso. La gente sencilla quiere ver los gestos, como ir a pagar el hotel, eso queda impreso, o cuando un papa baja del auto para saludar a la gente sin miedo de que le disparen.
¿Qué le impacta más a los jóvenes?
--Padre Gaetano: Cuando ellos vienen aquí piensan que los religiosos en Borgo Amigó tenemos un piso quizás hermoso, y se asombran porque vivimos como ellos. Y lo que hacemos lo hacemos junto a ellos. Uno de los errores es considerarles enfermos. Sí, pero de la falta de cuidados que nunca tuvieron, del vacío interior, del poco nivel afectivo, porque la mayor parte de las personas que les dijeron que les querían, les abandonaron o les traicionaron. Les hicieron sufrir. Y encontrar a una persona que gratuitamente ponga a su disposición su vida y todo lo que tiene es la cosa más linda que les haya sucedido.
Hablemos de los jóvenes del penitenciario ¿Cómo se decide la cárcel o las medidas alternativas?
--Padre Gaetano: Según la actual ley italiana, los jóvenes antes de ir a la cárcel van a un Centro de Pronta Acogida, en el que el magistrado en 72 horas, ayudado por un equipo compuesto por un asistente social, un educador y un psicólogo, debe determinar si va a la cárcel o entran las medidas alternativas, tipo comunidades de recuperación, etc. Los que no respetan las medidas alternativas o los casos más graves terminan en la cárcel.
¿Hasta que edad están en la cárcel de menores?
--Padre Gaetano: En ejecución de pena pueden llegar hasta los 21 años. En cambio el que cumplió un delito con 18 años cumplidos va a la cárcel de adultos.
¿Cuál es la situación de estos jóvenes?
--Padre Gaetano: Hay una fuerte carga de rebelión y de violencia, o también deseo de redimirse. Especialmente de un joven que haya caído en un delito serio. Los delitos más comunes son contra el patrimonio y uso de sustancias tóxicas.
¿Quién cayó en la droga, encuentra una salida?
--Padre Gaetano: En la cárcel está el centro médico. Se verifica una recuperación psicofísica de los jóvenes que muchas veces llegan en malas condiciones sanitarias. Y esto es un gran servicio positivo. Después es necesario encontrar un equipo de educadores que le asista, le escuche, y trate de entender su problemática y pueda encaminarle hacia situaciones positivas.
¿Es diversa la posibilidad que tienen los jóvenes de recuperarse respecto a los adultos?
--Padre Gaetano: Sí, por dos motivos: porque son menores y quieren volver lo antes posible a estar en libertad, y la gran ventaja de que son pocos respecto a la gran masa de los detenidos.
¿Cuántos son en Casal de Marmo? ¿Y cuando supieron que venía el papa qué dijeron?
--Padre Gaetano: En total son 48, divididos en un grupo de nueve mujeres y dos grupos de hombres. La mayoría de los jóvenes de la cárcel juvenil son de religión musulmana. El otro grupo, ya sea la minoría de italianos como los ortodoxos, todos ante el aviso de que el papa iba a Casal de Marmo en el Jueves Santo, entendieron que era importante. Un joven napolitano me dijo: “finalmente podré apretar la mano de alguien importante”.
¿Y aquí en el Borgo Amigó, podrán también asistir?
--Padre Gaetano: Aquí los jóvenes están un poco por así decir 'celosos'. No pueden ir allí, esperemos que Francisco pueda visitarnos en algún momento. La cárcel es una situación de contención y espera del proceso. La nuestra es una comunidad educativa de segundo nivel. También cuando el menor está ya en la cárcel pueden ser tomadas medidas alternativas, al conocer mejor las situaciones.
¿Qué les ayuda a cambiar?
--Padre Gaetano: Son detenidos que vienen desde la cárcel, ya se trabajó con ellos en la misma y realizaron un cierto recorrido. Aquí se les ofrece una posibilidad. Ya les conocemos y me conocen, hay una relación de confianza. Se quiere dar un cambio a sus vidas, cuando el joven siente la necesidad de ese cambio. Cuando se considera que ese muchacho puede venir a la comunidad, entonces se pide esto al magistrado.
¿Cuáles son las etapas que deben recorrer?
--Padre Gaetano: La primera es consigo mismo, un fuerte trabajo sobre el sentido de responsabilidad, pues aquí no hay rejas. En esa primera fase se quedan en el interior de la comunidad, en donde no hay vacaciones sino que es necesario recomenzar. Es necesaria una acogida buena, porque la primera cosa es el ambiente. En donde puede abrir la heladera, conversar con el educador en cualquier momento de la jornada, y el joven debe ayudar en la vida ordinaria de la casa. Hay una cocinera y otra señora que se ocupa de la lavandería, el resto ayudan estos jóvenes. Como en una familia.
¿Cómo es la vida aquí?
--Padre Gaetano: Esta es una comunidad religiosa abierta, compartimos la vida con los jóvenes, somos 5 religiosos y 11 muchachos. Es necesario crear oportunidades de trabajo para los mismos jóvenes, acompañados por los educadores.
¿Salen vocaciones? ¿Cómo se mantienen?
-- Padre Gaetano: Vocaciones, no, a veces hay alguna esperanza. Pero es bastante complicado entre ellos, porque el gran sueño que tienen es el de ganar dinero y los frailes no tienen dinero. Por los jóvenes que son confiados por los servicios sociales, dan una cantidad diaria que cubre más o menos los gastos, a través del Centro de Justicia de Menores. Y después está la ayuda de la Iglesia, con el destino aquí en Italia del 8 por mil, para asociaciones de beneficencia.
¿En la cárcel de menores, si alguien quiere puede recuperarse?
--Padre Gaetano: Sí, se puede. Aunque una cosa es decir quiero hacerlo y otra es hacerlo. Muchos tuvieron dinero fácil en sus manos, y ven que cuando empezarán a trabajar su primer sueldo será muy, muy bajo.
¿Qué espiritualidad siguen?
--Padre Gaetano: La de san Francisco y la del Buen Pastor. Del lado religioso, mantengo fuertemente mis principios pero les doy libertad a ellos. Por ejemplo celebro la misa y a veces alguno me pide venir. Pero es una elección libre. Está también la parroquia cercana a donde pueden ir a rezar y estar con los sacerdotes.
¿Cómo se realiza la integración?
--Padre Gaetano: Es una comunidad proyectada hacia el exterior. Uno de los problemas negativos de la cárcel y de las instituciones en general, si no estamos atentos, es que la gente se acomoda. Y disminuye la capacidad de iniciativa del individuo, porque todo se vuelve derecho y no deber. Y lo que has encontrado debes dejarlo mejor de lo que lo has encontrado.
¿Dónde están presentes los padres amigonianos?
--Padre Gaetano: En muchos países, en particular en América Latina. Con fuerte atención a esta realidad, si bien con algunas experiencias de colegios privados e incluso en Colombia una universidad de formación en pedagogía, psicología, para religiosos y también abierto a los jóvenes.
¿Cómo prevenir el problema de la droga con los jóvenes?
--Padre Gaetano: En el límite de lo posible, la gran dificultad de la juventud no es solamente los caprichos. Es que hay elementos destructivos que son parte de una situación cultural, como el uso de sustancias tóxicas. Se inicia haciendose los tontos, buscando la transgresión. Es difícil no encontrar en una fiesta de adolescentes a alguno que, como elemento de fiesta, trae esto. Se habla de droga y sus dificultades, pero esta historia de la trasgresión, es necesario hacerles entender que uno se puede divertir de manera consciente. Porque cuando uno transgrede, no hay más conciencia de la fiesta.
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