domingo, 24 de marzo de 2013

DOMINGO DE REENCUENTROS EN LA IGLESIA DEL CRISTO.

Foto de mi querido hermano David González del Templo abarrotado.

Sin lugar a dudas hoy he vivido una mañana de Domingo de Ramos como las de antaño, como las de siempre.

Ayer me preguntaba Hetepheres a que Misa quería asistir, tenía dos en la cabeza: La Procesión de Palmas de la Cartuja de la Defensión en Jerez, impresionante por lo austero, y la de la Iglesia del Santo Cristo de San Fernando.

Mi corazón y mi cabeza, por una vez se pusieron de acuerdo, y le dije que a mi me gustaría asistir a la Misa de Procesión de Palmas de la Iglesia del Santo Cristo en San Fernando por todo lo que este año conlleva y que contaré más adelante, en otro post.

Llegamos a San Fernando poco antes de las once y media, ya estaba entrando la Procesión y Manolo, mi querido Sacristán, abrió una reja lateral para que pasáramos todos los fieles y descongestionar la puerta principal. Nos sentamos en uno de los últimos bancos de la Iglesia, delante nuestra estaba mi querido hermano Juan Carlos Muñoz y toda su familia a la que queremos de verdad. Giré mi cabeza hacia la derecha  y allí estaban mis Titulares del alma: Jesús de los Afligidos y María Santísima de la Amargura entronizados en Su Paso de Misterio, auténtico retablo andante. Mi corazón se sobresaltó y la emoción me hizo temblar. 

Al pronto entraba la Procesión con el Párroco. Cuando me quise dar cuenta la Iglesia estaba abarrotada, hacía muchos años que no veía a mi Iglesia de siempre tan llena. ¡Por algo será! Le di  inmensas gracias a Dios por ello. Muchos niños cerca del Altar. 

La Eucaristía solemne, el coro extraordinario, la homilía del Padre D. Rafael Pinto: ¡Espectacular! Hacía mucho tiempo que no escucha algo así. Este Sacerdote me ha conquistado desde la espiritualidad.

Después, tras terminar la celebración eucarística, llegó el momento de saludar a muchos buenos, queridos amigos y hermanos de siempre. Muchos y queridos hermanos de Afligidos y Vera+Cruz, miembros del Consejo de Pastoral, catequistas, feligreses de este querido barrio que siempre llevaré en el alma.

Cuando me pude escapar me fui a rezar, como todos los días, hasta el Sagrario donde está depositado Cristo Vivo y le di las gracias. Hoy especialmente he visto Su Mano. Hubo un momento que mi orgullo pudo más y me hizo querer dar un paso equivocado. Dios que siempre está al "quite" me puso en mi sitio en su solo instante y pude comprobar, por mis propios ojos, como había actuado en mi vida, una vez más, haciéndome, apoyado en Él, manso y humilde de corazón. ¡Lo vi tan claro! Al quedarme a solas con Él le di las gracias porque, nuevamente, había hecho Su Voluntad en mi vida y además era consciente de ello.

Tras saludar a otros entrañables amigos y hermanos hemos podido conversar largo rato con el Padre D. Rafael. Ha sido una conversación muy fructífera y que  nos ha ayudado mucho. También he hablado bastante con mi Hermano Mayor, Manolo Muñoz Rivero. Parecía que el tiempo se detuviera en esta grata conversación entre dos hermanos y amigos que lo han sido y son desde la niñez.

En fín, cerca de tres horas en mi casa de siempre, con mis Titulares, con mi gente, con el barrio que llevo impreso en mi corazón. Hoy, también, un hermano crucero me ha dado una grata noticia que ha querido compartir conmigo. Le doy gracias a Dios por la buena noticia que me ha dado.

Hacía años que no me sentía "en casa", hacía muchos años que  no recordaba algo así. Ahora queda disfrutar de la Semana Santa, de las procesiones. Tengo que reconocer que, debido a mi enfermedad, tengo las fuerzas justas y no sé si saldré esta tarde o me reservaré para mañana. ¡Dios dirá! Como siempre digo: ¡Qué se haga Su Voluntad y no la mía!

A todos los que conformáis mi familia del Cristo, recibid un fuerte abrazo y mañana nos volvemos a ver.

Jesús Rodríguez Arias

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