lunes, 6 de mayo de 2019

UNA CATEQUISTA ACUDE A INVESTIGAR LOS RUMORES SOBRE LIFETEEN Y LOS ADOLESCENTES: ¡TODO ES VERDAD!




Adolescentes y monitores de LifeTeen en la parroquia de San Cosme y San Damián, en Burgos... LifeTeen está ya en 120 parroquias
LifeTeen es un sistema de catequesis de adolescentes muy extendido en Estados Unidos, que llegó a España en 2012 y en siete años ha pasado de una parroquia a unas 120, con presencia ya en la mitad de las diócesis españolas. Al contrario de lo que sucede con la catequesis de adolescentes más común, que atrae a muy pocos chicos y de la que desertan rápidamente una vez cumplido el trámite de la Confirmación (si aún la celebran), los grupos de LifeTeen atraen a los muchachos, que perseveran en ellos. En LifeTeen son los propios chicos los que invitan a sus amigos, incluso alejados de la fe. Un grupo puede empezar el curso con un 30 o 50% más jóvenes que con los que empezó.
Nieves López Álvarez, catequista de Burgos que se dedica desde hace 3 décadas a trabajar con adolescentes, descubrió LifeTeen en febrero de 2019, decidió explorar lo que LifeTeen ofrece y ha escrito un artículo con sus conclusiones, asombrada por los resultados de su investigación informal. Lo reproducimos a continuación.
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Una sesión de LifeTeen en San Cosme y San Damián, en Burgos; cada sesión se organiza creando un ambiente distinto y especial, muy cuidado; en este caso el tema de ambiente es la música
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Life Teen, ¿leyenda o realidad?
Nieves López Álvarez, parroquia San Cosme y San Damián de Burgos
Hace 3 meses encontré en mi vida casualmente a LifeTeen mientras buscaba en Internet información sobre iniciativas de renovación parroquial y nueva evangelización en España. Me llamó poderosamente la atención, ya que me dedico desde hace 30 años al mundo de los adolescentes y no tenía ni idea de que la iglesia católica estuviera poniendo en práctica una fórmula diferente para recuperar y atender en sus comunidades parroquiales a los chavales de estas edades.
Busqué más información y mi curiosidad inicial se transformó en incredulidad, sorpresa, emoción y unas inmensas ganas de formarme e informarme sobre el tema. En la web de LifeTeen pude comprobar que en mi ciudad había una parroquia que estaba inmersa en el programa y gracias a que además, es muy activa en redes sociales, pude seguirla durante los 2 meses siguientes.
Pregunté a diversos agentes pastorales de mi ciudad por esa parroquia concreta y por su trabajo con los jóvenes. Cada vez tenía más ganas de conocerlo en persona y descubrir si todo eso que estaba leyendo en Internet era real o eran exageraciones.
Hace un mes comencé a asistir a las reuniones de LifeTeen. Observo, aprendo y colaboro en lo poquito que puedo, especialmente temas de logística. Pero sobre todo, disfruto. ¿Y qué os puedo contar de mis primeras impresiones reales de LifeTeen?
¿Por qué los chicos acuden las primeras veces?
¿Cómo se realiza la convocatoria? ¿Cómo llegan los jóvenes por primera vez a Life Teen? En internet había leído testimonios afirmando que el aumento de asistentes en los grupos se debía a que los propios chavales invitaban a sus amigos. Ya no eran los padres los que obligaban a los niños a ir a catequesis. No me lo podía creer. Pero es verdad.
Pude comentar este hecho con varios padres que me confirmaron que ellos se enteraron de la asistencia de su hijo a LifeTeen a posteriori, ya que fue a través de algún amigo o compañero de clase cómo habían llegado hasta la actividad.
Actualmente, ya se está corriendo la voz en los ambientes religiosos de gran parte de la ciudad que algo bueno e interesante ocurre en esta parroquia con la pastoral juvenil y vienen algunos padres con sus hijos de cualquier barrio, algunos muy lejanos, para interesarse por la posibilidad de unirse a la iniciativa. Y por supuesto, todos los jóvenes son bienvenidos.
¿Qué engancha a los chicos?
¿Por qué asisten los chavales a LifeTeen? ¿Qué les engancha lo suficiente para permanecer en el tiempo e integrarse en esta pequeña-gran familia?
Esta era otra de las preguntas que me intrigaban poderosamente. Asistir un día por curiosidad o porque el amigo pesado deje de dar la brasa, es una cosa. Pero, decidir asistir un día y otro y otro y otro más, ya no es por curiosidad. Tiene que haber algo más. Mi impresión es que hay varios factores que juntos pueden dar pistas sobre estas preguntas.
Por supuesto, el primer factor y más importante: se respira fácilmente que Dios y su Espíritu Santo tienen toda la responsabilidad. Ellos son los que sostienen y fundamentan al resto de factores, sacerdote, monitores y comunidad parroquial. Si alguien no cree que Dios está presente en ese proyecto, mejor no comenzarlo, porque creo que no duraría mucho.
El segundo factor, es un sacerdote con mucha fe que recibe de Dios unas altas dosis de confianza, paciencia, fuerza, ganas, ilusión, positividad, alegría y capacidad de gestionar a un equipo. Hoy en día, hay algunos adultos católicos, sacerdotes o seglares, que no creen en la pastoral juvenil, no tienen ninguna confianza en los jóvenes. LifeTeen sólo tiene sentido si se está dispuesto a acoger, acompañar y trabajar con los jóvenes actuales, con sus pros y sus contras.
Los monitores: comprometidos y pacientes
El tercer factor fundamental, el equipo de monitores que trabaja junto al sacerdote para preparar y desarrollar las sesiones y acompañar a los chavales. En el caso de mi parroquia, son la mayoría gente muy joven, con un valor, unas ganas y un compromiso admirable. Los adolescentes no siempre están dispuestos a escuchar, a respetar o a saber estar y sus monitores necesitan mucha paciencia y no desanimarse ni decepcionarse cuando llegan esos momentos duros. Y es entonces cuando la figura y el perfil del responsable tiene todo su sentido para sostener y reforzar al equipo, invitando a poner las dificultades ante Dios y poner sobre la mesa todo el optimismo, paciencia, esperanza y fe necesaria.
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Los monitores preparan y exponen temas más bien breves y, a menudo, con fuerte componente testimonial
Los monitores dedican su tiempo libre y sus ganas para preparar los temas, organizar las reuniones, formarse, crear equipo. El resultado es que desde el primer momento que llegué, pude comprobar el buen rollo, la camaradería, la confianza y la alegría en la relación entre los adolescentes y sus monitores.
Ir preparando el "más allá de LifeTeen"
El cuarto factor es la comunidad parroquial que acoge a estos jóvenes. No tiene ningún sentido trabajar con los adolescentes en una parroquia que abandone la pastoral familiar y no tenga el objetivo claro de formar una gran familia parroquial que abarque desde los niños pequeños hasta los ancianos. Los jóvenes deben tener posibilidades de continuar su itinerario formativo y de crecimiento en la fe según vayan alcanzando nuevas etapas de su vida.
Es importante el hecho de que el equipo de sacerdotes de la parroquia tienen claro trabajar juntos a favor de esa integración parroquial, de esa formación de una gran familia parroquial, y se están dando pasos importantes en esta línea desde hace varios años a través dediferentes iniciativas englobadas en lo que se llama “nueva evangelización”. Un ambiente positivo y acogedor de la comunidad parroquial, es un aliciente para que estos chavales y sus familias se sientan bien recibidos, valorados e invitados a permanecer.
¿Por qué las sesiones no aburren a los chicos?
¿Cómo son las sesiones de LifeTeen? ¿Qué primeras impresiones me despertaron? Ya había leído en Internet testimonios sobre las sesiones de LifeTeen, pero tenía mucha curiosidad por verlas en la realidad. El formato inicial me parece muy interesante. La idea de bloques de duración no muy larga con cambio de actividad, me parece una estrategia muy buena para combatir el cansancio, el aburrimiento o la pérdida de tiempo.
Por mi experiencia laboral tengo claro que si a un grupo de adolescentes les das 20 minutos para hacer un trabajo, quizá esperen a los últimos 5 minutos para sacarlo adelante. Pero si para el mismo trabajo les das 1 hora, también lo van a resolver en 5 minutos y cómo se van a aburrir más tiempo, van a terminar cansados. Por lo tanto, actividades con tiempo suficiente pero ajustado, con la necesaria motivación y participación de los monitores para centrarles, incentivarles y azuzarles cuando sea necesario, es una gran idea.
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Por otra parte, se intercalan actividades muy participativas y activas, en las que los jóvenes tienen posibilidad de movimiento, de hablar, de participar, con actividades más tranquilas en las que se necesita silencio, atención y respeto. En general, la mayoría de los chavales, no tienen problemas en respetar estos momentos, les interesen más o menos, porque al tener un tiempo limitado, están capacitados perfectamente para auto-controlarse.
En este sentido, se nota una gran mejoría e implicación de los chavales, según van sintiéndose miembros permanentes del grupo y van creando esa relación de amistad, camaradería y alegría con los monitores y sacerdote. Aquí juega un papel importante la paciencia. Hay que dar tiempo a Dios para que actúe en los jóvenes, y el tiempo trae un mejor comportamiento, responsabilidad e implicación en cada uno de ellos.
Jóvenes adultos que dan testimonio... y todos en oración
Quiero destacar dos momentos, que me impresionaron mucho desde el primer día. El primero de ellos es el “proclaim”. El “proclaim”, es una pequeña charla sobre el tema del día, generalmente testimonios o experiencias personales de fe, que las puede hacer un monitor o el sacerdote.
En mi caso, ver a jóvenes de 18 a 25 años realizando estas pequeñas charlas, me dejó francamente impresionada. El compromiso, la preparación, la valentía y la confianza que se necesita para hacer esa tarea, deja claro la gran valía de estos muchachos/as.
El segundo momento, el “send”, una oración – adoración final. Un momento en el caso de mi parroquia, muy cuidado, preparado con gran gusto, acompañado de música y cantos en directo y que intensifica aún más la sensación de que Dios está presente en medio de ese proyecto. El momento final en el que el sacerdote pasa con la custodia entre todos los asistentes, me impresionó lo mismo el primer día, que el segundo, que el tercero… Si hay un momento en el que el chaval más nervioso del día se tranquiliza, es ese momento. Es un momento… divino.
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Cada sesión acaba con un momento de oración o adoración ante el Santísimo
En definitiva, Life Teen ¿leyenda o realidad? Desde luego, por lo que mis ojos han visto, realidad. Pero no nos engañemos, ni es mágico, ni todo lo hace Dios sin ayuda. Dios siempre necesita de los hombres para llevar a cabo sus proyectos. Pero, si hay un equipo decidido, con ganas, fuerzas y fe para invertir en la pastoral juvenil de su parroquia o diócesis, desde mi punto de vista, este programa es una gran opción para apostar por él.
Más sobre LifeTeen:

Lea también sobre el campamento de verano de LifeTeen del 8 al 13 de julio (13 a 15 años, cerca de Madrid) 

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