Gema Velázquez
La devoción y el fervor volvieron a hacerse presentes en la temporada veraniega otro 16 de julio más frente a la iglesia del Carmen, que acaparó en la tarde de ayer todas las miradas por ser punto de salida de la imagen de la Virgen del Carmen, que desfiló en procesión por las calles del barrio del Mentidero y sus alrededores.
Una hora antes del comienzo del cortejo, se celebró una misa para los hermanos que iban a desfilar. Y a las ocho se inició la procesión, anunciada por algunos cohetes disparados al cielo de Cádiz, con numerosos miembros de la hermandad, entre los que destacaba un grupo de niños de muy corta edad, varios oficiales de marinería y el acompañamiento musical de la Banda de música Nuestra Señora de la Oliva de Salteras (Sevilla).
Mientras se efectuaba su salida, el público se unió a la banda para cantar la salve marinera a la vez que el paso de palio salía de la iglesia.
Minutos después, la banda interpretó marchas de corte clásico haciendo su recorrido junto a la patrona de los marineros, itinerario en el que la Virgen estuvo arropada por muchísimos devotos gaditanos que siguieron el cortejo.
Al frente de este magnífico paso de palio, estuvo un año más el capataz Manuel Ruiz Gené, quien, emocionado, alzó la voz animando a la cuadrilla de cargadores mientras se preparaban para alzar a la imagen diciendo: "Por los hijos y las hijas de todos y por los que vienen en camino, habrá que sufrir un poquito pero esto va por ellos".
La salida procesional siguió su itinerario como todos los años por la Alameda, con un recorrido que resultó muy elegante a la caída de la tarde acompañado de los últimos rayos del sol, y continuó su itinerario por Buenos Aires, Calderón de la Barca, plaza de Mina, Antonio López, Isabel La Católica, Cristo de la Vera-Cruz, plaza de San Antonio, Zaragoza, Cervantes, plaza del Mentidero y Bendición de Dios, incorporándose de nuevo a la Alameda y de regreso a su templo a la medianoche.
El paso destacaba por su palio blanco, decorado por un espléndido exorno floral de nardos y gladiolos también en tonos blancos, el cual estrena la primera fase de la restauración del manto de la Virgen por el gaditano José Luis Espigares, bordado en 1927 por las Trinitarias en tonos dorados, además del estreno de los candelabros de entrevarales, realizados en los talleres de orfebrería de Jesús Domínguez, de Sevilla.
En los próximos días 20 y 21 de julio, se podrá seguir rindiendo culto con la ceremonia del besamano. Le seguirá el día 22 la conmemoración del undécimo aniversario de la coronación canónica de la Virgen, cuya función se prevé a las doce y media del medio día para contemplar su regreso a su camarín.
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