miércoles, 4 de abril de 2018

UNA MARAVILLA; POR ENRIQUE GARCÍA-MÁIQUEZ



El Domingo de Resurrección me llegó una foto estupenda. Unas señoras, y en el centro una chica con un brazo que evoca al velazqueño de las hilanderas, vestidas todas con perfecta mantilla de Viernes Santo, contemplan con un pudoroso deseo intenso los trajes de gitana de un escaparate. Arrastrado por el entusiasmo, puse en Twitter: "Me mandan esta maravilla", y colgué la foto. Empezaron cientos y cientos de reacciones. El éxito 2.0 me ha sobrepasado. Yo vivo las redes en plan epístola moral: un ángulo me basta, un libro y un amigo…


Lo vivía, además, con la angustia de no haber sabido quién era el autor de la foto. En cuanto me enteré de que era de Chema Moya, y del 2006, lo dije, aunque mi envío inicial ha seguido recibiendo retuits. Me consolé por Manuel Machado, cambiando fotos por coplas: "Procura tú que tus coplas/ vayan al pueblo a parar,/ aunque dejen de ser tuyas/ para ser de los demás". Todo lo cual está muy bien, claro, pero la foto es de Chema Moya.

Tuvo tanto éxito que hasta salieron haters, como se dice en internet a los criticones de toda la vida, a ponerle peros a tanta belleza. Que si todo el día de fiesta los andaluces, que si qué poco espíritu cuaresmal, ya pensando en la feria, que si qué antiguas, que si tal, que si cual. Se ve cada cual tiene su rollo, como se dice.

Más inquietud me creaban los que preguntaban, tímidamente, por qué lo consideraba yo tal maravilla. Eran razones muy largas para explicarlas en Twitter, empezando por la chica del brazo y por el brazo de la chica; y por otras que otros detectaban: la continuidad de las tradiciones, que una foto de 2006 pudiese parecer de ayer mismo, la alegría de vivir, la exaltación de la primavera, etc.

También por una razón mística, quizá subconsciente para casi todos. En el dolor del Viernes Santo está ya presente la alegría de la Resurrección, ole con ole. La foto es la ilustración de esos versos inmortales de Muñoz Seca: "Virgen de la Macarena,/ ponte la cara bonita,/ que ya sabemos to er mundo/ que el Domingo resucita". La Semana Santa puede ser una fiesta, con su lógico luto, porque ya sabemos lo que viene después, y que nos espera transfigurado en el transparente escaparate.

Y viceversa, en puro círculo virtuoso: la alegría primaveral que ya tenemos aquí hunde su razón de ser en la pasión y el sacrificio de las oscuras mantillas. Todo lo cual se ve maravillosamente en la foto de Chema Moya.

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