lunes, 2 de abril de 2018

* REESCRIBIR LA VIDA




Muchas son las enseñanzas, muchas son las vivencias, muchos son los testimonios de personas que en su vida con palabras, hechos y silencios han dado un testimonio que nos muestra el Camino a seguir, como deberíamos caminar para llegar a la meta.

Y Conchita, junto a Tata y mi madre María del Carmen con sus vidas me has ofrecido tantas enseñanzas que verdaderamente veo la vida de otra manera.

Porque la vida son etapas y ahora toca reescribir la vida de la mejor manera...

Os comparto el artículo que hoy ha salido publicado en "Información San Fernando" en el apartado que dirige y coordina mi buen hermano Pepe Moreno Fraile.

Jesús Rodríguez Arias




REESCRIBIR LA VIDA



La vida hay que reescribirla poco a poco según va pasando pues lo escrito aquí y ahora puede ser que dentro de un simple y mísero minuto no tenga sentido ni vigencia.

Hoy, primer Lunes de Pascua, debo reconocer que tenía escrito uno de esos artículos que enaltecen el espíritu, pero que tras vivir lo que he vivido en los últimos días de la semana de Pasión que es antesala de lo que es nuestra Semana Santa donde conmemoramos el Triunfo de Jesús con su martirio, muerte y Resurrección ha cambiado todo planteamiento.

Permitidme que escriba en modo muy personal de personas que me han abierto el campo de la Fe ahondando con sus vidas en ella. Mi madre María del Carmen, Tata y Conchita, que es la madre de mi mujer, y se puede decir que un referente para mí en lo que es vivir por y para Jesús Eucaristía, Amor de sus amores, plenamente entregada a la Iglesia en la que creía y quería como auténtica Madre.

En la Fe de Conchita quiero perderme para poder encontrar porque sobrepasa esa visión humana, terrena, limitada, efímera que todos tenemos. Ella creía inmensamente en la resurrección y os puedo decir que vivía para vivir en plenitud y llena de gracia ese momento.

Conchita murió en la madrugada de este Jueves de Pasión, lo hizo en casa, lo hizo en Paz y ese es el mejor de los regalos que le pudo y nos ha podido hacer Dios. Sé, porque lo siento en el alma, que ella es Feliz y descansa gozosamente junto al Señor que tanto amó aquí en la Tierra y ahora disfruta de su majestuosa presencia allá en el Cielo. Conchita supo traspasar esa forma de vivir la Fe a su hija, a Hetepheres, que es una mujer que vive con total intensidad este tiempo pascual donde Cristo Resucitado nos muestra el Camino a seguir, la vida que debemos llevar para alcanzar la Vida que no termina en la penumbra de una tumba sino que empieza desde ese mismo momento en el que cerramos los ojos para siempre.

Hetepheres, mi mujer, desde que la conocí hace doce años me ha demostrado desde el primer momento que es vivir el tiempo de Gracia en la Resurrección de Cristo, el tiempo donde se acabaron las penurias, las tristezas, las penitencias, para gozar la inmensa Alegría de ser cristianos, de ser verdaderos discípulos de Jesús que murió por todos nosotros y resucitó para salvarnos, para darnos razón de nuestra propia existencia, para que comprendiéramos que todo está  por hacer cada día de nuestros días para poder alcanzar ese cielo que creemos tocar con las yemas de las manos y que en verdad está más cerca de lo que nos podemos ni siquiera imaginar.

Debo reconoceros que para mí esta Semana de Pasión ha supuesto la mejor de las enseñanzas pues Conchita, con su vida y muerte, me ha mostrado que con Cristo todos podemos resucitar y ese es el mejor testimonio de vida de esta Cuaresma, esta Semana Santa.

¡Feliz Pascua de Resurrección a todos!

Jesús Rodríguez Arias 

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