viernes, 2 de diciembre de 2016

EN EL AÑO JUBILAR POR FÁTIMA, TAMBIÉN SE PUEDE OBTENER LA INDULGENCIA PLENARIA

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Fátima (Viernes, 02-11-2016, Gaudium Press) Fátima: el 13 de mayo de 1917 apareció por primera vez Nuestra Señora a tres humildes niños portugueses, con un mensaje maravilloso que atraviesa los años y que hoy conserva la mayor actualidad.
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Con ocasión de los 100 años de estas apariciones, el Papa ha concedido, "con la inherente indulgencia plenaria, un Año Jubilar, del 27 de noviembre de 2016 hasta el día 26 de noviembre de 2017". Durante ese tiempo de gracia, pues, los fieles podrán obtener la remisión de toda la pena temporal debida por sus pecados, pues en esto consiste la indulgencia plenaria.
¿Cómo se obtiene la indulgencia?
De tres maneras. Primero, todo fiel debe cumplir las condiciones básicas de una indulgencia, es decir, confesión sacramental , comunión eucarística y oración por las intenciones del Santo Padre.
Dicho lo anterior, "a los fieles que visiten en peregrinación el Santuario de Fátima y ahí participen devotamente en alguna celebración u oración en honra de la Virgen maría, recen la oración del Padre Nuestro, reciten el símbolo de la Fe (Credo) e invoquen a Nuestra Señora de Fátima", se les concede la indulgencia plenaria, según documento hecho público por el Santuario.
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Santuario de Fátima, Portugal
También ella es concedida a "los fieles piadosos que visiten con devoción una imagen de Nuestra Señora de Fátima expuesta solemnemente a la veneración pública en cualquier templo, oratorio o local adecuado en los días de los aniversarios de las apariciones (día 13 de cada mes, desde mayo hasta octubre de 2017), y participen allí devotamente en alguna celebración u oración en honor de la Virgen María, recen la oración del Padre Nuestro, reciten el símbolo de la Fe (Credo) e invoquen a Nuestra Señora de Fátima".
Finalmente, son también beneficiarios de la indulgencia plenaria "los fieles que, por la edad, enfermedad u otra causa grave estén impedidos de movilizarse, si arrepentidos de todos sus pecados y teniendo firme intención de realizar, así que les fuere posible, las tres condiciones abajo indicadas (ndr. confesión, comunión, y oración por las intenciones del Papa), frente a una pequeña imagen de Nuestra Señora de Fátima, en los días de las particiones se unan espiritualmente a las celebraciones jubilares, ofreciendo con confianza a Dios misericordioso a través de María sus oraciones y dolores, o los sacrificios de su propia vida".
Este Año Jubilar podrá ser vivido pues, en el mundo entero, prolongando de cierta manera los beneficios que la Iglesia ofreció a los fieles durante el concluido Año de la Misericordia.

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