En Pakistán, «los niños cristianos ya no van al parque porque tienen miedo» de que les maten. Nos lo cuenta el padre Pietro, director del colegio de los salesianos en un barrio cristiano de Lahore, la segunda ciudad más grande del país. En este colegio conocen de cerca el terrorismo. Seis personas de su barrio murieron en el atentado del Domingo de Pascua, cuando los terroristas atacaron con una bomba «a las familias cristianas que estaban de fiesta con sus hijos en un parque». Otros doce vecinos fueron heridos.
Los colegios estuvieron cerrados tres días. Cuando los salesianos volvieron a abrir, los padres «tenían un poco de miedo de traer a sus hijos, porque los terroristas han dicho que seguirán atacando». Les preocupa que la próxima bomba pueda ser contra una escuela cristiana.
Desde el principio, el padre Pietro y el resto de los profesores se han esforzado mucho para ayudar a los niños a superar este momento tan difícil. Los chicos mayores «nos preguntan por qué pasan estas cosas» y por qué Dios lo permite. Los profesores responden que los terroristas no quieren que haya cristianos en el país, y los atacan para exigir al Gobierno que se aplique su visión radical del islam.
Pero los salesianos también les insisten en que «Dios no quiere venganza. Jesús nos dijo que amáramos a los que nos persiguen. Por eso rezamos por los radicales. También decimos a los jóvenes que tienen que querer a sus compañeros musulmanes, no estar contra ellos». Aunque algunos musulmanes apoyan a los terroristas, «la mayoría son buenos, sufren con nosotros y nos han visitado para mostrarnos su apoyo».
¿Y cómo se lucha contra el miedo? Los profesores no pueden hacer mucho para prevenir los ataques. Pero «cada día, antes de clase, juntamos a todos los niños, y les damos consejos sobre cómo estar más seguros. Por ejemplo, les decimos que no vayan en grupos grandes para que no los ataquen».
En esa reunión diaria, también «rezamos por las víctimas del atentado, y les explicamos cómo están los heridos, porque muchos chicos no tienen televisión en casa». Además, «hemos pedido a los jóvenes que entreguen algo de su dinero para ayudar a las familias que tienen a alguien en el hospital».
Aunque esta vuelta al cole no es fácil, después de «los ataques los cristianos tienen más confianza en Dios. Saben que solo Él puede protegerlos. Se ha reforzado su fe en Jesús y en la Virgen María. Van más a Misa, con toda su familia, para rezar por la paz. Y hace dos fines de semana, muchísimos cristianos pasaron la noche en oración en nuestra iglesia».
María Martínez López
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