Mira con ojos nuevos las cosas. Toma por ejemplo, un objeto cotidiano y míralo desde diferentes ángulos. Así vemos que la cosas no tienen solo un punto de vista, sino varios, y que lo que nos resulta habitual, mirado desde otro lado, quizá no lo sea.
Concédete tiempo para percibir las cosas sencillas. ¿Te has parado alguna vez a sentir como huele un paseo por el parque? Permítete dedicar un poco de tiempo a llenarte de sensaciones fuera de las habituales.
Aprovecha la curiosidad natural de un niño, hijo/nieto/sobrino/ para ayudarle a descubrir. Es muy interesante investigar juntos como funcionan las cosas; hay libros que te pueden ayudar, pero lo importante es dedicar tiempo juntos a descubrirlo, con ayuda o sin ella.
Hazle saber cuándo algo te sorprende. Es bueno comentarlo con ellos para que vean -y aprendan- que nosotros también nos asombramos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario