Se cumplieron los pronósticos y un nuevo Viernes Santo llegó
al mundo así como a este lugar tan cercano a lo sublime y tan alejado de lo que
nos puede intoxicar.
El día ha amanecido extraordinariamente soleado, con calor si
me apuras, donde los matices del verde de los prados y valles así como la
vegetación que maquilla el suave gris de las montañas a estas horas del día
hace pensar como en un día tan bonito Cristo muere en el madero tiñendo de
oscuridad, luto y tristeza todo.
Sobre las nueve y media de la mañana Villaluenga cumplía con
los tradicionales cánones de sacar en procesión a la devota imagen de Padre
Jesús bajo los hombros de entregados costaleros que a pesar de los pesares
supieron sacar fuerzas de donde ni se pensaba para llevar a Cristo al Calvario.
Su Madre, la Virgen de los Dolores, no lo pudo acompañar a la espera de que
esta tarde pueda acompañar a Su Hijo Muerto, Varón de Dolores, hasta la puerta
del Santo Sepulcro que es aquí la Ermita que corona el Calvario para después
dirigirse en Soledad hacia su pueblo que la acompaña, acoge y llora.
La procesión de Padre Jesús marcan los sagrados cánones de la
Tradición hecha Fe donde los devotos y fieles que a esas horas pueden acompañan
a Jesús a rezos de rosario, con cánticos de Esperanzas, con Amor infinito.
No podemos obviar que son muchos los vecinos que a estas
horas del día están trabajando en sus ganados, fincas o labores para las cuales
no hay día de fiesta ni nada que se le asemeje.
Los costaleros que llevaron al Señor eran mayoritariamente
jóvenes también con mayores que ofrecieron sus hombros como si cirineos se
trataran. No es fácil portar un paso por las estrechas y empinadas calles de
Villaluenga del Rosario y menos subir esa tortuosa cuesta que lleva hasta la
Ermita del Calvario. ¡No, no es fácil! Aun así lo hacen cada año, cada Viernes
Santo de generación en generación.
Inmortalizando cada instante también estaba Esteban Fernández
además de José Luis Márquez que hacía lo propio desde otras perspectivas. Otros
muchos venidos de fuera también lo hicieron porque no hay que dudar que por las
características propias de este pueblo y el itinerario que recorre la procesión
de Jesús Nazareno hace que esta sea única en el mundo que no es mejor ni peor
que otras sino totalmente diferente y de ahí su gran atractivo a los ojos de un
mundo que poquito a poco va decantándose por la Pureza de lo Auténtico.
Mi querido Antonio Benítez Román hoy ejercía doblemente como
Policía Local así como Hermano Mayor de la señera y única Cofradía de
Penitencia existente en el lugar.
También acompañaba a Padre Jesús el Alcalde de Villaluenga
del Rosario, mi querido Alfonso Carlos Moscoso González, que también ejerció
doblemente pues iba como máxima representación del pueblo así como hermano de
esta devota hermandad y en varias ocasiones cogió la manigueta del paso para
llevar sobre sus hombros a Jesús hacia el Calvario. Sí, fue uno más siendo
alcalde que es como quiere que seamos los que tenemos a Cristo por Maestro.
Emocionante la parada que hicieron en la puerta de la casa de
Berna y Almudena mientras los recuerdos volaban hacia Teresa y Emilio, sus
padres, que fueron grandes devotos y que ya habitan con Él en la Gloria que
como todos sabemos está más allá donde se pierde la vista sobre el Caíllo.
Me vais a perdonar la sinceridad con la que escribo y que en
este artículo ofrezca mi desnuda opinión pues no quiero que nadie se dé por
ofendido o molesto pero si me extrañó y mucho la ausencia del Párroco de
Villaluenga del Rosario, Padre D. Sergio Moreno. Espero que en la procesión de
esta tarde o de esta noche presida por el bien de la feligresía que tiene a su cargo.
La procesión de esta mañana en Villaluenga del Rosario ha
vuelto a ser lo que siempre ha sido una manifestación de fe del pueblo en su más
majestuosa y profunda expresión. Es Tradición hecha a base de Fe, es Amor hacia
Jesús y su Madre que todos los años el Viernes Santo sube al Calvario en un
aporte de auténtica pureza.
Quiero dar las GRACIAS
a los costaleros por su testimonio, su coherencia, por sacar fuerzas de
donde no las había, por demostrarnos una vez más que más hace el que quiere que
el que puede.
GRACIAS a la Hermandad de Jesús Nazareno, a sus hermanos, a
su Hermano Mayor por mantener viva esta Cofradía que en este pueblo ha pasado
de padres a hijos.
GRACIAS al Alcalde, D. Alfonso Carlos Moscoso González, por
presidir esta procesión y por ser uno más a la hora de poner el hombro.
GRACIAS a los medios que han colaborado para difundir una
procesión única.
GRACIAS a los fieles y devotos que han acompañado a Cristo
nuevamente al Calvario así como a esos otros que por obligaciones o enfermedad
no lo han podido hacer de forma personal pero si espiritual.
GRACIAS a mi querido pueblo de Villaluenga del Rosario que
todos los días a todas horas me da continuas lecciones de que en la sencillez,
en la humildad, en saber conservar las devociones que pasan de padre a hijo, en
su día a día se encuentra la pureza de lo auténtico que es una forma de decir
lo que es importante y también verdadero.
Mi Viernes Santo mañanero terminó con una increíble sorpresa
cuando visitamos en su casa a Diego Franco, patriarca de la Familia
Franco-Barragán, que se está recuperando del último achuchón de salud que lo ha
tenido varias semanas hospitalizado. Me quedo con su abrazo y el de su hija Ana
Mari que me han sabido a “gloria bendita” porque en ellos nos hemos
testimoniados cuanto nos queremos y que el cariño verdadero no se puede fingir.
GRACIAS Padre Jesús por cuidar de Diego y su querida Familia
así como de todas las Familias de mi bendito pueblo.
Esta tarde no podré acompañar a Jesús Muerto y a Su Madre de
los Dolores pues por obligaciones con la responsabilidad en la Benemérita
Institución de los Caballeros Hospitalarios hace que la presencia tanto de mi
mujer como mía estemos en San Fernando aunque esperamos y también deseamos que
podamos ver, contemplar y presencia, aunque sean minutos, la procesión de la
noche cuando la Virgen de los Dolores ofrece su Soledad a sus hijos en
Villaluenga del Rosario.
Eso será esta noche porque a Dios gracias esta mañana de
Viernes Santo se ha vuelto a cumplir los sagrados cánones y Padre Jesús ha
salido al encuentro de su pueblo, que son sus hijos, caminando lentamente hacia
el Calvario en cuya cima hay una preciosa y blanca Ermita que lo espera todos
los años.
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