Nuestro Padre Jesús y la Virgen de los Dolores que
aquí en Villaluenga del Rosario cada Viernes Santo suben al Calvario
cuando se atisban las primeras horas del
día.
Achatada
corneta llena de historia y batacazos nuestro querido José Miguel Calle nos
avisa que está próxima la Salida del Señor acompañado de Su Madre. Un ir y
venir de los más jóvenes así como de los mayores que ofrecen sus hombros para
llevar a Jesús y María a modo de particular cruz.
Qué
no falte ninguno,
que
Cristo sale a la calle,
que
no falte ni uno,
que
lo acompaña Su Madre.
El
Calvario los espera,
y
quiere verlos juntos,
llegar
por la cuesta,
sin
perder nunca el rumbo.
Que
no falte ni uno,
que
la Soledad es noche,
y a
las luces del día,
la
Virgen se llama Dolores.
Por la tarde del Viernes Santo Jesús ha muerto y
es trasladado en su urna hacia la ermita del Calvario para ser allí depositado
como si fuese el Santo Sepulcro. María lo sigue en la distancia con Dolores de
muerte.
¿Que
sientes en tu alma,
cuando
a Tu hijo despides,
y
vuelves hacia tu casa,
la Iglesia donde vives?
No
hay dolor más grande,
que
llorar en Soledad,
que
el luto pace,
por
quién era toda Bondad.
No
llores Madre Amable,
ni
un solo momento,
la
puertas todas se abren,
de
las casas de Tu pueblo.
Y al finalizar cuando el luto es luto y la
negritud no solo abarca el cielo sale majestuosa la Virgen de los Dolores en su
Soledad.
Mucha
gente te rodea,
cuando
has estado tan sola,
ahora
quieren consolar,
a la
Madre y Señora.
Caminas
sin caminar,
ni
lágrimas te brotan,
el
luto aquí es Soledad,
y tu pueblo contigo llora.
y tu pueblo contigo llora.
Jesús Rodríguez Arias
(Del Pregón de la Feria y Fiestas de Villaluenga del Rosario 2015)
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