lunes, 3 de agosto de 2015

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN; POR JOSÉ ANTONIO SIGLER

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN: «No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer.» (Evangelio del día). Tenemos, muchas veces, la tentación de trivializar nuestra responsabilidad pastoral quitándonos "problemas" de encima: "Que lo resuelvan otros", cuando cada uno, según su carisma, somos los mas apropiado para resolverlos porque hemos recibido de Dios esos dones. Jesús hizo el milagro de los panes y los peces, pero necesitó nuestra colaboración. No porque nosotros fuéramos imprescindibles y no pudiera hacer sin nosotros ese milagro –y otros–, sino porque nos quiere despertar el sentido de fraternidad y servicio. Hoy en día también Dios necesita de nuestra colaboración para hacer milagros, y no porque no pueda ser independiente de nosotros, sino porque formamos el cuerpo místico de Cristo y debemos asumir la "responsabilidad" que hemos adquirido por querer vivir la fe junto a Dios y a los hermanos. Dios es Padre bueno, justo y nos ama con locura, pero tampoco debemos tener "manga ancha" para cualquier cosa. Él nos advierte el la primera Lectura: «A Judá, por tres delitos y por el cuarto, no le perdonaré: porque rechazaron la ley del Señor y no observaron sus mandamientos». El problema no es que Dios no te quiera perdonar, el problema es que no puede hacerlo porque no le dejamos. Pues aprendamos a "ir soltando" las ataduras que nos impiden "ver" a Dios y no le pongamos zancadillas a su acción. Santa María de Caná, ruega por nosotros.

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