MADRID, 31 Mar. 15 / 10:24 pm (ACI).- El Cardenal Ricardo Blázquez, Presidente de la Conferencia Episcopal española y Arzobispo de Valladolid, habla de los casos de abusos sexuales cometidos en España, la polémica sobre asignatura de Religión y del pontificado del Papa Francisco, al cumplirse un año a la cabeza del episcopado.
“Es un balance de agradecimiento”, ha apuntado el Arzobispo en relación a estos primeros doce meses el recién nombrado Cardenal quien también afirma que desde el punto de vista de los trabajos de la CEE, “en buena medida han venido determinados por convocatorias que el papa ha hecho a la Iglesia Universal, como las dos asambleas del Sínodo de los Obispos sobre el matrimonio y lafamilia”.
“Un punto importante en la próxima Asamblea será el documento ‘El servicio de la Iglesia a los Pobres’. En medio de las crisis que venimos arrastrando de orden laboral y económico… si una persona no puede llevar el pan de cada día a su familia, se siente humillado. Somos conscientes de todo esto y, si Dios quiere, aprobaremos este documento en la Plenaria del mes de abril", apunta el Arzobispo de Valladolid en entrevista concedida a la agencia Efe.
En la entrevista también ha precisado que el Papa Francisco ha traído tanto un cambio en la comunicación como en la Iglesia. "Hay un estilo nuevo y también unos subrayados nuevos, evidentemente sin rupturas. Pretender encontrar fisuras entre el pontificado del papa emérito y el pontificado actual sería una empresa desesperada, no tendría éxito, pero ciertamente hay un estilo, por ejemplo de comunicación", asegura.
El presidente de la CEE ha recordado el abrazo que el Papa le dio a un hombre con una enfermedad en la piel que le había desfigurado el rostro lo que le recordó vivamente el abrazo que San Francisco de Asís le dio a un leproso.
También ha explicado que una de las novedades del contenido del ministerio del Papa es que "quiere una Iglesia en movimiento misionero, una Iglesia en salida, una Iglesia que se dirija a las periferias, no sólo geográficas, sino también humanas. Que ninguna persona piense que ya no es destinatario ni del amor de Dios, ni de la atención del Papa o de la Iglesia".
Pero ha subrayado que no habrá cambios doctrinales a pesar de tener "un estilo especial, pero es lo que la Iglesia ha dicho siempre".
Sobre la actual ley del aborto y la derogación del Gobierno a cambiarla el Cardenal ha afirmado que "es necesario que distingamos entre legitimidad del aborto y despenalización del aborto. Nadie tiene derecho, ni el padre, ni la madre, ni los médicos, ni el Gobierno, nadie tiene derecho a decidir quién, que está en proceso de gestación, puede llegar hasta el final y a quién se le corta el paso. Nosotros no tenemos el derecho a eliminar a nadie".
Haciendo distinción entre despenalización y legitimación del aborto, el presidente de la CEE ha afirmado que "no es lo mismo despenalizar en determinados supuestos o situaciones el aborto que decir que nosotros somos dueños de la vida de una persona" y ha precisado que " la ley vigente, la ley Aído, que pueda afirmar que el aborto es un derecho, me parece que es absolutamente rechazable".
En la entrevista concedida a la agencia EFE el Cardenal Blázquez fue preguntado por la gestión de los casos de abusos sexuales que tuvieron lugar en Granada. Ante esa situación el Purpurado contestó que hubiera actuado "de manera semejante".
Y sobre la supuesta opacidad en la gestión el presidente de la CEE ha subrayado que el Arzobispo de Granada "ha estado en comunicación con la Santa Sede". El caso ha sido llevado por la Santa Sede, por lo que no dependía de la CEE, pero ha afirmado que "se ha actuado según los protocolos".
"Es absolutamente de rechazo el que alguien, una persona adulta, un sacerdote, abuse de unos niños, eso es absolutamente rechazable, hay que pedir perdón a las víctimas, hay que acompañarlas, hay que colaborar con la Justicia, y esto forma parte de los protocolos de actuación", ha declarado.
Ante las discrepancias por la asignatura de Religión el Arzobispo de Valladolid ha asegurado que le parece "una polémica artificialmente creada", "es como si se utilizaran determinadas coyunturas para desacreditar el derecho de los padres a que sus hijos, si lo quieren, puedan recibir clases de religión".
Ha precisado que "los centros públicos tienen la obligación de ofertarla, pero después los padres son los que deciden si la reciben o no, pero es un derecho de los padres, que son los educadores primordiales de sus hijos y son los que dicen si quieren que sus hijos sean educados en esas convicciones. Que nadie supla a los padres".
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