Tiene el Miércoles Santo de mi querida Isla de San Fernando un olor añejo, a tradición, a lo de "siempre".
En la casa de mi Familia el Miércoles Santo siempre ha sido uno de los días "grandes" porque mi madre siempre enseñó a querer al Cristo de la Vera+Cruz, antiguo, pequeño e impresionante crucificado con su particular leyenda, que recibía culto en la bella y antigua Capilla del Cristo Viejo.
Mi abuelo materno, Félix Arias Baltar, perteneció a su Junta de Gobierno durante muchos años e incluso fue de los que se revistió con su negra túnica en los años en los que prohibieron el salir procesiones a las calles. Mi abuelo fue Cofrade de los pies a la cabeza con un amor insondable al Cristo de la Vera+Cruz y la Virgen del Carmen de su alma.
Mi abuelo vivió muchos años en Cartagena donde ocupaba una alta responsabilidad en las Fuerzas Armadas y servía a España y por eso no pudo permanecer muchos años en la Junta de Gobierno aunque el que es cofrade lo es siempre y en los años que estuvo en tierras cartageneras fue un hermano muy activo de la Hermandad de Los Californios.
Él murió dos meses después de que yo naciera por lo cual no recuerdo su espigada y elegante figura revestida del hábito negro con el fajín en amarillo aunque mi madre se encargó de transmitirnos el amor que sentía por la Cofradía de su vida. Luego el testigo lo recogería mi hermano Juan José y cerrando los ojos lo veo salir con su túnica negra camino de la antigua Capilla del Cristo Viejo en medio de un sepulcral y respetuoso silencio.
Esta Semana Santa de alejamiento y de tantos recuerdos quiero escribir todos los días a base de echar mano a la memoria que con el pasar de los años se va haciendo más difusa aunque también más auténtica y enternecedora.
Miercoles Santo de luto,
de oración mirando el Calvario,
donde los mayores frutos,
son las gotas de sangre en el Sudario.
María anhela tu mirada,
cuando tus ojos vas entornando,
Sangre injustamente derramada,
para salvar nuestros pecados.
A la vera de tu Cruz,
te acompañan los que más te quieren,
pues Tu eres eterna Luz,
que iluminas nuestros padeceres.
Que ya todo un barrio te honra,
te proclama y reza,
Cristo quita nuestra deshonra,
y nos limpia con su Pureza.
La Isla se tiñe de negro,
silencio y oración,
la Vera+Cruz sigue tiñendo,
donde la fe se hace silencio y tradición.
Otros de los cortejos que más me ha impresionado por su sencillez, por su humildad, por su silencio orante es la Orden Terciaria de los Siervos de María conocida en nuestra infancia por "Mater Amabilis".
Jesús de la Buena Muerte,
es tu particular Cruz de Guía,
y aunque su Cuerpo parezca inerte,
está lleno de Vida.
Te sigue los Dolores de María,
Madre que muere por perderte,
que a cada paso te seguía,
llorando lágrimas de muerte.
Negro luto y tristeza,
silencio y cera encendida,
para quien salvó a la tierra,
con lágrimas de sangre prendida.
Allá en el populoso barrio de la Bazán sale la única Hermandad que pone "alegría" a este negro Miércoles Santo donde el luto es menos luto y el negro se hace color.
Gran Poder tienes Jesús,
Amor Madre María,
que cargas eternamente con la Cruz,
que nos salva cada día.
Que mi Isla se hace barrio,
con una cofradía de tronío,
la Bazán es el faro,
que ilumina al gentío.
Que Jesús con la cruz a cuesta,
Gran Poder de nuestras vidas,
el Amor de María nos lleva,
a quien muriendo nos dio la Vida.
Miercoles Santo eterno,
en la Isla de San Fernando,
negro sobre negro,
con un tapiz de morado.
Hoy tengo en la memoria tantos sabores de mi lejana infancia, tantos nombres que ya glorían a Dios en la Gloria, tantos buenos y queridos hermanos que estuvieron aunque ya no están por circunstancias en sus hermandades, a José Carlos Fernández Moreno que habrá hecho su anual "ofrenda"así como los que están y permanecen realizando la misión evangelizadora que desde el apostolado cofrade cada Miércoles Santo hacen que mi bendita Isla se convierta en Gólgota.
Recibid mis queridos hermanos un fraternal abrazo y que Dios os bendiga.
Jesús Rodríguez Arias
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