Jueves Santo, Día del Amor Fraterno, así como de hermandades señeras y muy queridas por todo el pueblo de mi bendita Isla de León.
No sé por qué pero el Jueves Santo siempre lo recuerdo como un día soleado donde los rayos de sol iluminaban tanta tristeza como sentíamos en el corazón pues hoy era y es el día en que Jesús empezaba la Pasión de su Martirio.
Tarde de oficios, mujeres con mantillas y hombres enchaquetados en oscuro con la corbata haciendo juego ante el dolor.
Tarde de visitas al Monumento que en la Isla de nuestra infancia la chiquillería tenía más la mente en las procesiones de esa tarde que en el impresionante altar donde Jesús Eucaristía se exponía a adoración pública. Sería con el pasar de los años y el Amor que nos impregna que hoy por hoy prefiera rezar ante el Santísimo a ninguna otra cosa. Primero visita al Señor que se entrega por nosotros y después admirar mezclando nuestras oraciones a los impresionantes misterios donde Jesús y María procesionan acompañado de hermanos que dan pública fe en un mundo demasiado alejado de la misma.
Jueves Santo en mi caso es hablar de Misericordia y Piedad. Jesús con la Cruz a cuesta ayudado del Cirineo mientras la Verónica enjuga su rostro que quedaría con nosotros por toda la eternidad.
Filas de nazarenos penitentes de hábito negro y fajín celeste mientras la Piedad de María le sigue entre pena y dolor.
La Pastora se tiñe de luto,
va a salir el Señor,
ese de cuerpo enjuto,
y que muestra tanto dolor.
Un paño seca tu pesar,
impregnando sangre y sudor,
detrás va la Piedad,
regalando su dolor.
Jesús con la Cruz,
eterno dolor,
Piedad es mi Luz,
Piedad, Misericordia y Amor.
Hoy se me vienen a la memoria tantos buenos cofrades de Misericordía que ya habitan en la Casa de Hermandad eterna, hoy recuerdo a un hombre bueno, tranquilo, paciente, lleno de Amor a Jesús y María como es Tito Collantes y que supo transmitir tan nobles sentimientos a sus hijos Mercedes y Juan Carlos.
Hoy se me viene a la memoria tantos buenos hermanos que están y estarán por siempre en torno a nuestra Hermandad.
Perdón Señor he pecado,
Perdón por mi desmemoria,
Perdón por lo que hago,
Perdón por no darte eterna Gloria.
Perdón y Paz,
Paz y Perdón,
un tambor nos da,
la señal que viene el Señor.
Jueves Santo de Expiración y Esparanza guapa y morena. Silencio y oscuridad que Cristo está muriendo y Su Madre, eterna Esperanza de nuestras vidas, nos mira señoreando cada paso que da junto a Su Hijo.
Silencio Jesús muere,
Silencio Jesús ha muerto,
Silencio por lo que quieres,
Silencio solo Silencio.
Silencio en Su Expiración,
Silencio y Esperanza de Madre,
Silencio que muere el Señor,
y nos hace libres e iguales.
Silencio en la Esperanza,
Silencio negro y verde,
Silencio en mi Esperanza,
Silencio que solo quiero verte.
Jueves Santo de una joven hermandad que poco a poco va cautivando el corazón de mi Isla. De la Bazán viene Jesús en sus Tres Caídas y Su Madre llena de Angustia.
El Señor vuelve a caer,
malherido por nuestros pecados,
¿cómo no voy a querer?,
quien su vida por mi a entregado.
Tres Caídas Señor,
te destrozan por completo,
y angustia mi corazón,
que ya está en duelo.
Madre no llores,
no te angusties de dolor,
que Jesús nunca muere,
porque a la muerte Venció.
Recibe un fraternal abrazo,
Jesús Rodríguez Arias
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