viernes, 1 de agosto de 2014

REFLEXIÓN Y LLAMAMIENTO DEL CARDENAL RODRÍGUEZ MADARIAGA SOBRE LA CRISIS DE GAZA.





2014-08-01 Radio Vaticana
(RV).- (con audio)  El Arzobispo de Teguciglapa y Presidente de Caritas Internacional, Card. Oscar Rodríguez Maradiaga firma una reflexión en la que exhorta «al alto el fuego permanente, aunque sea solo un primer paso en el camino hacia una paz justa, que se base en negociaciones inclusivas en toda la región».
«“Que (...) Cristo encienda las voluntades de todos los hombres para echar por tierra las barreras que dividen a los unos de los otros, para estrechar los vínculos de la mutua caridad, para fomentar la recíproca comprensión, para perdonar, en fin, a cuantos nos hayan injuriado”.» Citando estas palabras de San Juan XXIII – en la Pacem in Terris, el Card. Rodríguez Maradiaga señala que «desde comienzos de julio, casi dos millones de palestinos en Gaza y parte de la población israelí se han visto atrapados en una devastadora guerra». Y destaca que «la población no tiene un lugar seguro para refugiarse, cuando caen las bombas en aquella pequeña franja de tierra, densamente poblada, que es Gaza. Allí ven a sus hijos asesinados, sus barrios arrasados y sus esperanzas de paz futuras destrozadas». «El campo de batalla son barrios llenos de niños, mujeres y hombres. Con hospitales abarrotados de heridos y muertos, escuelas bombardeadas, incluso cuando sirven como refugio», escribe también el Presidente de Caritas Internacional, que luego añade que «el camino de la reconciliación es largo, pero inicia dentro de nosotros mismos. Israel y Hamás, ¿ cómo es que miran ustedes la brizna de paja que hay en el ojo de su hermano, y no reparan en la viga que hay en el propio? Lo que deberían hacer es deponer las armas y tomar uno binoculares, para comprobar que la mayoría de sus víctimas son personas inocentes».
Recordando que «ésta es la tercera guerra en cinco años, entre Israel y los activistas de Gaza», la reflexión del purpurado añade también que «los palestinos de Gaza ya viven una vida en la que escasea el suministro de agua, la mayor parte de la comida proviene de las organizaciones humanitarias y está fuera del alcance de sus habitantes la dignidad de poder tener un trabajo». «Caritas facilita ayuda material y espiritual a la población de Gaza, en momentos de necesidad y desesperación. Exhortamos para que se levante el bloqueo de Gaza y se permita a sus habitantes proteger su propia vida y medios de sustento, con el fin de poder vivir una vida digna», destaca del Card. Rodríguez Maradiaga, que recuerda que «cuando recientemente encontró a los presidentes de Israel y Palestina en el Vaticano, el Papa Francisco dijo: “Para conseguir la paz, se necesita valor, mucho más que para hacer la guerra. Se necesita valor para decir sí al encuentro y no al enfrentamiento; sí al diálogo y no a la violencia; sí a la negociación y no a la hostilidad; sí al respeto de los pactos y no a las provocaciones; sí a la sinceridad y no a la doblez”.»
«Como Caritas, rezamos por la paz en Tierra Santa. Rezamos por las familias palestinas e israelíes que han perdido a sus hijos, madres y hermanos y por los que han resultado muertos. Nuestras oraciones se elevan por los niños que viven en el terror, cuyas cicatrices mentales seguirán siendo profundas, incluso mucho tiempo después de que termine esta guerra», escribe asimismo el purpurado que asegura también que «la Confederación Caritas envía su cariño y solidaridad a los empleados de Caritas que arriesgan su vida cada día trabajando en Gaza. Son personas que trabajan humildemente y sin tregua al servicio de Jesús, en las condiciones más difíciles que se puedan ustedes imaginar. ¡Que Dios les acompañe en cada paso que den! También rezamos por nuestros compañeros de Caritas Jerusalén y el apoyo vital que ellos ofrecen constantemente a los compañeros que trabajan en el terreno». Antes de firmar su reflexión, «Mientras conmemoramos el Centenario de la I Guerra Mundial» el Cardenal Rodríguez Maradiaga evoca asimismo las palabras del Papa Benedicto XV: “La fuerza puede reprimir el cuerpo, pero no puede reprimir las almas de los hombres” y rezamos para que a pesar de estos tiempos terribles de guerra y opresión, las almas de los palestinos y los israelíes sigan siendo libres para creer en un futuro de justicia y paz».
(CdM – RV)

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