Tenemos que «inventar una religión republicana», el laicismo, para erradicar de la influencia de la religión católica. La batalla está en la escuela, que «tiene que eliminar del niño todos los lazos pre-republicanos para enseñarle a ser ciudadano». Ésta era, en 2008, la declaración de intenciones del actual ministro de Educación, Vicent Peillon. El Presidente Hollande le ha encomendado el diseño de una asignatura de moral pública
Noticia digital (02-VII-2013)
El objetivo es completar la inacabada Revolución Francesa, de 1789. Así lo explicó, en 2008, el actual ministro de Educación, Vicent Peillon, en una entrevista, de la que circulan estos días imágenes por la web. «No se puede construir un país libre con la religión católica», afirma. Tampoco puede Francia implantar a estas alturas el protestantismo, «como han hecho otras democracias». Es necesario «inventar una religión republicana. Esta nueva religión es el secularismo», que debe trae una «revolución espiritual». La gran batalla está en la escuela, que «tiene que eliminar del niño todos los lazos pre-republicanos para enseñarle a ser ciudadano. Es como un nuevo nacimiento, una transubstanciación que opera en la escuela y por la escuela, la nueva iglesia con sus nuevos ministros, la nueva liturgia y sus nuevas tablas de la ley».
Las frases bien podrían ser tomadas por simples extravíos, de no ser porque, precisamente, el Presidente Hollande ha encargado a Peillon que prepare un nueva asignatura obligatoria en las escuelas para la transmisión de la moral pública, similar a la Educación para la ciudadanía española.
El asunto fue abordado en diciembre en un Encuentro de la Laicidad, organizado por el Grupo Socialista en la Asamblea Nacional, que sirvió para coordinar las estrategias laicistas del Gobierno y de la mayoría parlamentaria. Además de Peillon, participó en esa reunión la ministra de Justicia, Christiane Taubira, autora de la ley delmatrimonio homosexual, mientras en la calle, la Manif pour Tous movilizaba a cientos de miles de franceses en defensa del matrimonio natural. Una prueba más de que se trata de una acción concertada del Gobierno francés es que, durante esas protestas, Peillon advirtió a las escuelas católicas de que habría consecuencias si trataban deadoctrinar a sus alumnos. Según Le Figaró, al menos una tercera parte de los miembros del Gobierno francés pertenece a la masonería. El diario alude también al compromiso del ministro Peillon ante la Logia del Gran Oriente de refundar la República desde la escuela.
Por otro lado, el Presidente Hollande reafirmó el lunes su intención de aprobar una ley de eutanasia, a pesar de que el Comité de Ética acababa de presentarle un informe desaconsejando tanto esta práctica, como el suicidio asistido, y proponiendo. El Presidente francés aludió, sin embargo, a su voluntad de avanzar «en la dirección de la dignidad humana».
R.B.
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