Para la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), que lleva 70 años trabajando por los cristianos que sufren persecución por su fe, este «es un paso importante para que en el futuro se escuche más la voz de los cristianos perseguidos»
Este jueves 22 de agosto se celebra el primer Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas de Actos de Violencia Basados en la Religión y las Creencias. Así lo estableció a finales de mayo la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) tras una proposición presentada por Polonia con el apoyo de Estados Unidos, Canadá, Brasil, Egipto, Irak, Jordania, Nigeria y Pakistán.
Para la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN), que lleva 70 años trabajando por los cristianos que sufren persecución por su fe, este «es un paso importante para que en el futuro se escuche más la voz de los cristianos perseguidos», afirma Thomas Heine-Geldern, presidente ejecutivo internacional de ACN. «Estamos muy satisfechos. Lo esperábamos desde hacía mucho tiempo».
La iniciativa de establecer un día mundial de las Víctimas de violencia contra la religión fue iniciada y llevada a cabo por Ewelina Ochab, abogada, autora y coautora de varios libros y artículos sobre la libertad religiosa, que ha contado con el respaldo y la inspiración de ACN.
Para Ochab, «tener una fecha señalada es importante para no olvidar nuestros compromisos, pero no es una meta en sí misma, sino el inicio de una larga campaña para prevenir que no haya más víctimas en el futuro».
Los cristianos, en el punto de mira
Según datos del Informe Libertad Religiosa en el Mundo, editado por ACN, el 61% de la población mundial vive en la actualidad en países donde no hay libertad religiosa, se discrimina y persigue a causa de la religión. Por otro lado, aunque «todas las comunidades religiosas sufren regularmente agresiones, los informes internacionales sobre la libertad religiosa confirman desafortunadamente que los cristianos son los más perseguidos», apunta Heine-Geldern.
Por ello, el presidente de ACN considera necesario «iniciar un proceso que lleve a las comunidad internacional a un plan de acción coordinado para poner fin a la persecución religiosa y prevenirla en el futuro».
En este sentido, Heine-Geldern propone que se establezca una plataforma de la ONU para promover el intercambio con representantes de los grupos religiosos perseguidos, así como la creación de un Tribunal internacional que se ocupe de la cuestión de la impunidad de los actos de violencia basados en la religión cometidos por grupos como Boko Haram, Al-Shabaab o el EI.
Alfa y Omega/ACN
Fecha de Publicación: 22 de Agosto de 2019
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