martes, 8 de enero de 2019

* POST NAVIDAD





Señoras y Señores, jóvenes y jóvenes, niños y niñas debo anunciaros que ya se acabaron las fiestas que ya, como las rebajas, llegó las Post-Navidad que es tiempo en el que se ansía con verdadera desmesura la llegada de nuevos días de asueto que nos den ánimos para seguir en esta vida que entre todos nos hemos montado.

No es tiempo para tristezas ni melancolías sino para esforzarse y hacer cada uno lo que deba para sacar España adelante a pesar de los pesares, de los pesarosos y de los pesaos...

¡Feliz Post-Navidad tengamos todos! Y de la Post-Navidad hablo en mi primer artículo del año en Información San Fernando.

Jesús Rodríguez Arias

Nota: Prometo que en este 2019, si Dios me da salud, habrá tiempo para la risa, para el enternecimiento, para intentar hacer justicia, para dar caña, para apoyar lo que deba, siempre desde prisma del humanismo cristiano y de la Fe...

POST NAVIDAD



Ya las calles se ven vacías, como más tristes, sin esa luz que nos ha alumbrado mucho antes incluso de que llegaran las fiestas, ya todos hemos vueltos a nuestra rutina, la mayoría con caras de sieso porque la vida sigue siendo igual, porque no ha tocado ni un céntimo ni en el sorteo de Navidad ni en el del Niño, ya se acabaron los parabienes, los deseos de eterna felicidad, porque el año comienza hoy ya que antes hemos vivido envuelto en esa magia ficticia que hemos creado en estas fechas en la que hemos olvidado entre todos al verdadero y principal protagonista: Jesús.

Ya se ven menos contenedores con menos cajas de juguetes, la cosa ahora es más tecnológica y de las muñecas de Famosa solo queda un melancólico recuerdo… En estos días comeremos lo que nos ha sobrado en la cuantía de cuanto hayamos consumido y gastado para festejar las celebraciones. Sí, se ve la ciudad triste, para que negarlo, pero más triste está sin duda la cartera, conocida como la de Ubrique, que contiene tarjetas de créditos totalmente fundidas y con demasiado poco en efectivo.

Señoras, señores, se han acabado las fiestas y vivimos tiempos que podríamos denominar: Post-Navidad.

Unas Fiestas donde socialmente quedan inundadas por el falserío ya que personas que no te pueden ver ni en pintura te mandan cariñosos mensajes llenos de afabilidad y deseándote lo mejor de lo mejor cuando han hecho todo lo posible para eliminarte de sus vidas. No os creáis, he recibido algunos “parabienes” de los que se acuerdan de mí “para males”. Aunque reconozco que estoy tomando la vida a “mi manera” con menos falserío, menos hipocresía y más verdad y será por eso que muchos no han recibido mi felicitación y a estas alturas ni la esperan.

Ahora a pensar en las próximas fiestas, en todo lo que tenemos que afrontar, en todo lo que tenemos que pagar. Ya se sabe que el mes de enero, a partir de Reyes, es muy triste y que dentro de poco llegará febrero que según dice el refranero calienta la sombra al perro…

Pero no todo va a ser triste porque ahora empieza a moverse todo dentro de nuestras hermandades y cofradías que saben que para ellas han empezado la “cuenta atrás”, que falta muy pocos meses para una nueva Semana Santa, que todos son preparativos. Semana Santa que es fecha clave en lo que nuestro apostolado se refiere y también en términos turísticos, económicos y financieros de nuestra bendita Isla.  Es una semana donde la ciudad se echa a la calle, que consume en bares, restaurantes, que compran chucherías, que los hoteles se llenan, que nuestras mercerías hacen el agosto con guantes, calcetines, capirotes, incienso… Sí, es la Semana Santa de inmensa importancia para San  Fernando y pienso que solo por eso los poderes públicos, sean del pensamiento político que sean, deberían incentivarla aun más y por supuesto incrementando la ayuda a nuestras Hermandades y Cofradías porque sin ellas, no nos vamos a llevar a engaños, no existiría Semana Santa tal y como la conocemos, tal y como es hoy en día en la realidad. San Fernando tiene una gran Semana Santa que debe mantener su esencia, su idiosincrasia, sus particularidades, que la hacen única y por tanto atractiva para propios y también para extraños. Si se incentivan otras fiestas y acontecimientos se debe afianzar en su justa medida y correspondencia lo que es y significa esta Santa Semana llena de Fe popular y de grandes ganancias para lo que es la Ciudad.

Es verdad, hemos apagado las luces de Navidad y ya estamos encendiendo los cirios de nuestros altares de culto, organizando el reparto de túnicas, diseñando el Besamanos, midiendo el itinerario, o preparando todo en la Casa Hermandad para que el día que realicemos nuestra Salida Penitencial, nuestra Estación de Penitencia, se vuelva a parar el tiempo y se viva la Fe en estado puro.

Os deseo a todos sin excepción un Feliz Post-Navidad  y termino de escribir este artículo en mi Atalaya de Villaluenga del Rosario el 2 de enero, que para mí se celebra el Dulce Nombre de Jesús porque así lo he vivido siempre y ya a mis 49 años no estoy para muchas “modernuras”…

Jesús Rodríguez Arias

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