El Papa Francisco presidió este sábado 26 la Vigilia de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) con cientos de miles de jóvenes que se reunieron en el Campo San Juan Pablo II de Panamá.
El Santo Padre llegó al lugar del evento acompañado en el papamóvil por cinco jóvenes de los cinco continentes y dar inicio a la Vigilia a las 6:30 p.m. con el segmento denominado “El árbol de la vida”, en el que por medio de danzas se narra el llamado que Dios hace al hombre a la vida, la cual solo puede mantenerla siguiendo a Cristo.
“Ese llamado esta en tensión por el pecado y aunque no sintamos indignos de él, Dios nos vuelve a elegir”, escucharon los peregrinos.
Durante la escenificación, los peregrinos escucharon tres testimonios. El primero fue el de Erika de Bucktron, una madre de cuatro hijos, de los cuales la menor se llama Inés y que tiene síndrome de Down.
Erika dijo que cuando los médicos supieron que la pequeña nacería con síndrome de Down, le ofrecieron abortarla, pero tanto la madre como el padre se negaron y “nos abandonamos en las manos de Dios y pedimos se cumpliera su voluntad”.
Ahora la niña tiene dos años y ocho meses y “le damos gracias a Dios por el nacimiento de Inés”. “Decidimos decir que sí a la vida, pues toda vida es bendición de Dios, es Él quien llama, por eso no dudamos en decir ‘Hágase en mí según tu Palabra’”.
El segundo testimonio fue de Alfredo Martínez Andrión, de 20 años, quien fue monaguillo en su infancia, pero la pobreza de su familia lo forzó a abandonar el colegio para trabajar. Cayó en las drogas y la cárcel. “Traté de buscar una salida con el crucifijo en la mano”, expresó.
Alfredo halló ayuda en la Fundación San Juan Pablo II y aprendió a confiar en Dios. Ahora lucha por su familia y anima a los demás jóvenes a decir como María “Hágase en mí según tu palabra”.
Luego vino el testimonio de Nirmeen Odeh, de 26 años, proveniente de Palestina, quien reconoció que aunque era bautizada, por el lugar donde vivía pensó que lo mejor era estar lo más lejos del cristianismo. Sin embargo, en la JMJ de Cracovia 2016 descubrió que Jesús la ama. Más tarde, a través de libros como Confesiones, de San Agustín, afianzó su fe.
Tras los testimonios, el Papa Francisco dirigió un discurso en el que aseguró a los jóvenes que María es “la ‘influencer’ de Dios. Con pocas palabras se animó a decir ‘sí’ y a confiar en el amor, a confiar en las promesas de Dios, que es la única fuerza capaz de renovar, de hacer nuevas todas las cosas”.
“Esta tarde también escuchamos cómo el ‘sí’ de María hace eco y se multiplica de generación en generación. Muchos jóvenes a ejemplo de María arriesgan y apuestan guiados por una promesa. Gracias Erika y Rogelio por el testimonio que nos han regalado. Fueron valientes estos, merecen un aplauso”, afirmó el Papa, que también destacó los testimonios de los otros dos jóvenes.
Durante toda la Vigilia estuvo presente la primera imagen peregrina de la Virgen de Fátima, que llegó especialmente desde Portugal para estar en la JMJ. Ante ella, el Santo Padre tuvo un momento de oración.
Asimismo, para el momento de la adoración Eucarística se usó una hermosa custodia sostenida por una escultura de la Virgen María, la cual fue elaborada con el metal de casquillos de balas.
Esta custodia también estará presente en la Misa de Clausura de la JMJ mañana domingo 27.
Finalmente, antes de retirarse, el Santo Padre dirigió unas palabras a los jóvenes para invitarlos a acoger a María como Madre, tal como hizo el apóstol Juan al pie de la cruz de Cristo.
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