Rezar con insistencia y con confianza, porque la oración "siempre" cambia la realidad. Lo aseguró el Papa Francisco en su catequesis sobre el Padrenuestro, reflexionando sobre el Evangelio de Lucas que habla del episodio de la transfiguración del Señor
Griselda Mutual - Ciudad del Vaticano
La imagen de Jesús orante fue el tema de la catequesis del Papa en el miércoles 9 de enero, en la prosecución de sus reflexiones sobre el Padrenuestro. “Jesús reza”, dijo el Papa, recordando el pasaje del evangelio de Lucas, que habla del episodio de la transfiguración del Señor. «Mientras oraba, su rostro cambió de aspecto y sus vestiduras se volvieron de una blancura deslumbrante». (Lc 9, 29)
Jesús reza y el Espíritu Santo lo guía en su actuar
Del Evangelio de san Lucas, - señaló Francisco - provienen los 3 himnos diarios de la Liturgia de las Horas: el Benedictus, el Magnificat y el Nunc dimittis, que muestra a Jesús en una atmósfera de oración:
«Jesús es, sobre todo, el orante. En cada paso de su vida, es el Espíritu Santo quien lo guía en su actuar. Antes de tomar decisiones importantes, Jesús ora, dialoga con el Padre».
Con valentía pidamos a Jesús que nos enseñe a orar
En su catequesis en italiano, el Santo Padre señaló algunos de los momentos de oración de Jesús: «Jesús reza en el bautismo en el Jordán, dialoga con el Padre antes de tomar las decisiones más importantes, a menudo se retira a la soledad para orar, intercede por Pedro que pronto lo negará».
Esto "nos consuela", dijo Francisco: «El saber que Jesús ora por nosotros, ora por mí, por cada uno de nosotros, para que nuestra fe no falle. Por eso también nosotros podemos decir a Jesús: Tú rezas por mí, sigue rezando porque yo lo necesito. Así ¡valientes!».
Rezar con perseverancia y confianza
Prosiguiendo con la catequesis, el Santo Padre también se refirió al pedido de uno de los discípulos al Maestro para que les enseñe a orar, y también en este caso, invitó a que hagamos lo mismo nosotros hoy:
«Jesús les muestra las palabras y sentimientos que deben tener para dirigirse a Dios. Lo hace enseñándoles el Padrenuestro y las actitudes que el creyente debe tener cuando ora, que son la perseverancia y la confianza».
Sobre estas dos actitudes, el Papa se explayó en la catequesis en español:
«La perseverancia en la oración, porque aunque a veces pareciera que Dios no nos escucha, sin embargo no es así, porque ninguna oración queda desatendida. A la perseverancia se une la confianza puesta en Dios, porque Él es un Padre bueno y nunca olvida a sus hijos que sufren».
«Padre», remarcó el Papa en italiano. «Esa palabra tan bella que decir. Podemos pasar el tiempo de la oración sólo con esa palabra: Padre. Y sentir que tenemos un padre: no un maestro o un padrastro. No: un padre. Padre».
Jesús enseña a insistir en la oración
El Santo Padre siguió explicando qué hace Jesús para darnos la confianza en la oración con varios ejemplos, entre ellos, el de la parábola del amigo inoportuno, que va a despertar a una entera familia porque no tiene pan para dar a una persona en viaje que llegó improvisamente:
«¿Qué le dice Jesús a este hombre que llama a la puerta y despierta a su amigo: “Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario” (Lc 11,9). Con esto - dijo el Papa - quiere enseñarnos a orar e insistir en la oración».
Seguros de que Dios responderá
Y aunque muchas veces nos parezca que nuestras oraciones no obtienen resultados, “podemos estar seguros de que Dios responderá”:
«La oración cambia la realidad, y nos cambia también a nosotros. Es, ya desde ahora, la victoria sobre la soledad y la desesperación; un camino que nos lleva a Dios, nuestro Padre, que espera todo y a todos con los brazos abiertos».
Domingo próximo fiesta del Bautismo del Señor
En la conclusión de la catequesis, y saludando a los peregrinos en distintos idiomas, el Santo Padre recordó que el próximo domingo celebraremos la fiesta del Bautismo del Señor, que cierra el tiempo litúrgico de la Navidad. Esto “nos invita a redescubrir la gracia del sacramento de nuestro bautismo" que "nos ha hecho cristianos, incorporándonos a Cristo y a su Iglesia".
Al dirigirse a los fieles de lengua española deseó «que el Señor Jesús nos dé la gracia de entender que la oración conmueve el corazón de Dios, Padre compasivo, que nos ama y nos da su Espíritu Santo; y que la Virgen Santa nos ayude a ser hombres y mujeres de oración y a confiar en la bondad del Señor que siempre nos escucha».
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