* Y NO PASA NADA...

Y no pasa nada...

Me duele, lo tengo que reconocer, como un "niño del Carmen" que soy como va decayendo todo en esta vida, va perdiendo la esencia, el sentido, el fundamento.

Me podréis decir: ¡Ya está Jesús de nuevo con sus reflexiones! Pero no es así, es constatar un hecho que ha sucedido y que me duele en el alma porque he crecido al amparo del Convento que cobija a la Patrona de La Isla y al ladito del Liceo.

Este sábado se celebra una fiesta a favor de AFANAS en el patio de ese colegio que siempre veía cada vez que me asomaba a la azotea de mi casa. Hay que alabar el gesto solidario con una asociación que hace mucho bien. Todo normal hasta que llegó la actuación de una agrupación carnavalesca que cantó a viva voz unas letras contra nuestro obispo diocesano Monseñor Zornoza y esto no me lo pueden negar pues tengo vídeos que recogen el momento. 

Algunos sentirán indignación, otros dirán que es Carnaval, que es gracioso, que no se puede ser un "talibán", que aquí, aquí, vale todo..

Yo, Jesús Rodríguez Arias, solo siento una inmensa tristeza porque dentro de un recinto que alberga un colegio religioso como es el Liceo del Sagrado Corazón que lleva la Comunidad de los Padres Carmelitas Descalzos se hayan entonado estas letras que no solo atentan contra Don Rafael sino contra nuestra Iglesia, contra todos los que somos y nos sentimos parte de la misma. 

Viví al ladito del Liceo pero nunca estudié en él, no podía permitírmelo pues mi madre se quedó viuda pronto y tenía que sacar sus cuatro hijos para adelante, lo hice en colegios públicos de los que guardo inmensos recuerdos y mejores amistades.

Seguramente si tuviera hijo, visto lo visto, mis hijos no estudiarían en el Liceo y no porque no pudiéramos permitírnoslo sino porque ya no es lo mismo, ya no es igual...

Soy del Carmen y lo seré mientras viva, soy católico y siento a la Iglesia como mi Madre, y por eso me entristece tanto que se consientan este tipo de actuaciones, de estas "gracietas" envenenadas, de los que intentan destrozar a Monseñor Zornoza pero que al fin y a la postre su objetivo es la Iglesia, la misma que alberga el patio del colegio donde se ha celebrado un festival y se han cantado letrillas insultantes contra nuestro obispo sin que nadie hiciera nada.

Hoy siento inmensa tristeza, vergüenza ajena que también es propia por tratarse de lo que se trata, y que atenta contra mis orígenes, mis raíces, una etapa de la vida pasada y que cada vez siento más enterrada.

Ahora podrán venir explicaciones, podrán venir incluso disculpas, pero ya es tarde, demasiado tarde cuando la solución no era otra que interrumpir la actuación de quienes queriendo han insultado tan alegremente a la Iglesia.

Pero, veréis, como no pasa nada, nada de nada...

Jesús Rodríguez Arias