Con inmensa alegría, más de lo que ninguno os podéis ni siquiera presuponer, hoy quiero resaltar la extraordinaria aportación al mundo de la letras, de los sentimientos, del pensamiento, de la poesía que es la publicación del primer libro de mi querido y buen hermano Juan Antonio Carrasco Lobo.
Pienso que "De profundis relatos y poemas de un hijo pródigo" es una necesaria aportación en nuestra vida. Sé que mi querido hermano y amigo Juan Antonio ha dejado su alma en cada verso, en cada párrafo, en cada página, en cada escrito.
Sé que cuando lo leáis será como ese necesario seísmo que alborotará nuestro ser, nuestras conciencias, nuestras querencias, nuestros deseos...
Sé que Juan Antonio Carrasco Lobo abrirá esas ventanas para que entre luz y color a un mundo demasiado gris, demasiado apático, demasiado aburrido.
Hace falta hablar en el idioma del amor y eso es lo que se desprende de esta primera obra literaria de este querido hermano, de este hijo pródigo que nunca llegó a irse del todo.
Profundizar en "De profundis relatos y poemas de un hijo pródigo" es encontrarse con la escritora Concha R. Whorth, que a modo de prólogo no adentra en ese inmenso aljibe donde la poesía se escribe a versos y relatos.
Es gloriarte con las imágenes de mi querido amigo y buen hermano Sergio Gutiérrez Blanco donde cada imagen te lleva a ese lugar donde se pierde el tiempo hasta encontrarte con esos recuerdos dormidos, que nos pertenecen y los cuales son tan nuestros que no hay por qué dejarlos en herencia.
Para mí, puedes suponer mi querido Juan Antonio lo mucho que significa emocional y afectivamente la publicación de tu primer libro pues se puede decir que en la distancia, en nuestros respectivos caminos, hemos ido un poco "cogidos de la mano" en esto de escribir cara al público.
Los dos salimos del mismo lugar y aunque tengamos nuestros hogares, que es en definitiva nuestras vidas, en otros lugares a los que amamos y en mi caso con devoción, los dos somos cañaillas de origen y corazón.
Los dos somos en cierta forma "hijos pródigos"...
Quería escribirte este artículo, a mi modo y manera, de tu incursión por derecho en el apasionante y ciertamente apasionado mundo de la literatura para darte mi enhorabuena, para desearte lo mejor, para acompañarte en esta preciosa andadura que comienzas.
Quería escribirte unas letras aunque no haya dicho todo lo que mi alma atesora y que en el momento oportuno conocerás de primera mano.
Es un anticipo de lo que vendrá si Dios así lo permite.
Enhorabuena mi querido Juan Antonio pues en esta segunda parte de mi vida los triunfos de las personas que quiero los siento también muy míos.
Un fraternal abrazo hermano,
Jesús Rodríguez Arias
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