La Virgen de las Lágrimas de Columna 'aparece' presidiendo el altar mayor de San Antonio ataviada como cuando fue bendecida en 1766
P-M.D. CÁDIZ | ACTUALIZADO 04.04.2016 - 08:19
En San Antonio están de aniversario. Desde antes de entrar, incluso, lo anuncia una gran lona que cuelga de la fachada de la iglesia que da a la plaza del mismo nombre. La cofradía de Columna está conmemorando este año el 250 aniversario de la talla y bendición de la Virgen de las Lágrimas, la bella Dolorosa de la corporación atribuida a Domenico Giscardi -aunque en los últimos años han aparecido también otros nombres como posibles autores de la imagen- que sustituyó a una anterior que tenía por advocación Nuestra Señora de la Soledad.
En el interior del templo, Ella (Lágrimas) aparece desde el fin de semana presidiendo el altar mayor. Un 'regalo' que la parroquia ha hecho a la corporación del Martes Santo para significar esa presencia desde hace dos siglos y medio de la Dolorosa gaditana en San Antonio. Allí, ocupando la hornacina que habitualmente preside la Virgen del Patrocinio, estará la titular de Columna hasta el próximo mes de septiembre, cuando de nuevo sea bajada para el altar del triduo extraordinario que tiene programado la hermandad y que finalizará con la salida extraordinaria prevista para el 17 de septiembre.
A este respecto, precisamente, hay que puntualizar que Columna ya ha recibido los parabienes del Obispado para que Lágrimas sea trasladada en la jornada del 16 de septiembre, viernes, a la Catedral para presidir allí al día siguiente un pontifical por sus 250 años que presidirá el obispo Rafael Zornoza. Y a su término, la imagen regresará a San Antonio en procesión extraordinaria, siendo acompañada por la banda de música Filarmónica de Conil.
En estos meses (desde abril a septiembre) la imagen ha sido particularmente ataviada. Y es que la hermandad ha recurrido a sus archivos para recrear a la Virgen de las Lágrimas del mismo modo en que fue presentada cuando se bendijo en 1766. "Revestida de terciopelo carmesí y celeste con guarniciones de plata, caídas de damasco morado nuevas", enumera en un documento el mayordomo de entonces (Manuel Vidal Texero) dando cuenta de los gastos extraordinarios que conllevó la bendición de la nueva Virgen.
Es en recuerdo de aquel día de 1766, por lo que la Virgen de las Lágrimas ocupa, con esa vestimenta, el altar mayor de la iglesia de San Antonio. Dos siglos y medio después.
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