Su continua sonrisa cautiva a quien quiera que escuche hablar a esta mujer que trabaja en el Vaticano desde hace más de 36 años. En 1974 se incorporó a la entonces llamada Pontificia Comisión Justicia y Paz, donde se ha ocupado de temas de desarrollo, pobreza y trabajo en el marco de la Doctrina Social de la Iglesia. Es experta de políticas de desarrollo y de trabajo de la Organización Mundial del Trabajo, del Consejo de Europa, de la Unión Europea, del ECOSOC y de la Comisión Económica para Europa de Naciones Unidas.
Hablamos con Flaminia Giovanelli, subsecretaria del Pontificio Consejo Justicia y Paz desde el año 2010. Con motivo de las IV Jornadas de Pastoral en Toledo ha impartido dos conferencias sobre Doctrina Social de la Iglesia. Nos recibe en un descanso mientras se dispone a visitar la parroquia de Santo Tomé para contemplar el cuadro “El Entierro del Señor de Orgaz” del Greco.
.-Unomasdoce: Vd es una de las pocas mujeres que tienen un cargo de máxima responsabilidad en una institución de la Sta. Sede. ¿Cómo lo vive?
Como una verdadera responsabilidad (ríe). Desde que asumí mi cargo lo veo como una gran responsabilidad y con la sensibilidad de mujer en este campo.
.- Unomasdoce: ¿Cómo podría resumir su experiencia en el ámbito de la Doctrina Social de la Iglesia durante los pontificados que ha vivido?
Los distintos pontificados han sido como algo que acompaña la Doctrina Social que son valores y principios pero también directrices para la acción. Ya estamos en la fase de la acción. Y el Papa Francisco para esto es un genio pastoralmente hablando. La verdad es que estamos en la puesta en marcha del compromiso. Ya estamos viendo la parte de la acción.
.-Unomascoe: Vd. pone énfasis en tres términos: Justicia, Solidaridad y Sobriedad. ¿Los considera tan importante para el futuro de la humanidad?
.- Seguramente. Todo ha ido acorde con la enseñanza social de la Iglesia. Empezó todo un deseo de justicia; desde el principio de la “Rerum Novarum” por la condición tan injusta de tantos trabajadores. Y después ese concepto de solidaridad y hay que recordar que la solidaridad va con la subsidiariedad. Y ahora el concepto de sobriedad tiene que ver con el concepto de la sostenibilidad. Es como una continuidad y una evolución. No es que se pase del uno al otro; se trata de una evolución.
.-Unomasdoce: El desarrollo de la persona por entero del que hablaba el papa Pablo VI ¿tiene que revitalizarse?
Claro. Es el punto central. El hombre es un conjunto: cuerpo, alma, pensamiento, etc. Si separamos esto, el hombre se convierte en pedazos. Por ejemplo: la ideología de género. Los que piensan así: es quebrar a la persona humana. Dividen la parte física de la entidad psicológica y social. Eso es dividir a la persona humana, es quebrarla. Nacemos hombres y mujeres también psicológicamente.
.- Unomasdoce: ¿Qué necesita la sociedad, a la luz de las palabras del Papa Francisco, para que no sea un suma de individuos?
Necesitamos ser auténticos. Necesitamos el amor. Hay que preguntarse la diferencia entre el bien y el mal.
.- Unomasdoce: “Esta economía mata” ¿cómo valora esta expresión del Papa?
.- Es una expresión muy dura. Esto tiene su origen en el sistema que crea esas desigualdades tan grandes. Es casi automático lo que pasa: por ejemplo esa diferencia que existe entre los managers y los obreros. Algo no funciona. Es el problema de las desigualdades. Esto no funciona a nivel general. Hay que buscar otro sistema, otro paradigma. En este sistema de mercado es necesaria la justicia. Hay que ponerse siempre ante esa pregunta ¿estamos actuando bien o mal? La acción moral es lo que es bueno para el mundo en este momento.
.- Unomasdoce: ¿Un deseo a raíz de estas Jornadas de Pastoral y en el contexto del Año de la Misericordia?
Estas jornadas fueron una riqueza. He visto muchos participantes y gente bien dispuesta. Es un testimonio que ya no se encuentra en muchos lugares. Me gustaría que la gente se sienta y que seamos misericordiosos como el Padre. Que no solamente busquen la misericordia sino que también imiten al Padre en la Misericordia. Para ello se nos invita a hacer obras de Misericordia.
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