La vida nos va desnudando poco a poco: De la infancia, de la niñez, de la juventud, de la madurez. Pero también nos va vistiendo de méritos que hemos ido acumulando día tras día con la gracia de Dios y nuestra voluntad. Lo mismo que las hojas del calendario se pasan pero siempre queda algo que permanece impreso en ellas. La vida se unifica cuando se polariza toda en torno a un único núcleo.
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