viernes, 18 de septiembre de 2015

PARA MEDITAR

Vivir deprisa es vivir fuera de la realidad. Todo lo queremos al momento, mejor hoy que mañana. La prisa ha forjado a un hombre muy informado, pero poco profundo, que sabe muchas cosas, pero que le falta lo más importante: La capacidad de síntesis. La prisa engendra superficialidad y nos deja sin raíces, nos deja sin palabras, o las palabras que decimos carecen de sentido, sin verdad, aunque todos presumamos de poseerla, nos deja sin belleza, nos deja sin Dios. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario