Blog católico que se fundamenta en la defensa de los valores del Humanismo Cristiano (Fundado: 7 octubre 2011)
sábado, 22 de agosto de 2015
EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN; POR JOSÉ ANTONIO SIGLER
EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN: «Uno solo es vuestro Señor, Cristo». (Evangelio del día). Ayer, el Evangelio nos hablaba de «Amarás al Señor tu Dios. Este mandamiento es el principal y primero. El segundo es semejante a él: Amarás a tu prójimo como a ti mismo». Veía que esta respuesta de Jesús parte de una pregunta capciosa: «Maestro, ¿cuál es el mandamiento principal de la Ley?» Pues bien, nosotros deberíamos tomar consciencia de las preguntas que, ambiguas, insidiosas o de doble sentido, a veces hacemos o nos hacen. O bien, preguntas que nos lanzamos unos a otros "para quedar bien y guardar las apariencias", descafeinando nuestro ser y hacer cristiano y anestesiando nuestra consciencia. Y el Evangelio de hoy viene a remachar esta afirmación. «Uno solo es vuestro Señor, Cristo» no significa solamente dar culto a Dios sino hacerme "algo" para ser su propiedad. Significa establecer el orden de prioridad de mi vida, significa "relativizar" todo respecto de Cristo, significa "abandonar" mi voluntad para fundirla con la de Cristo. Por eso hay que ser decir como San Pablo: "No soy yo, es Cristo quien vive en mí" y que implica actuar como lo haría Cristo. Sin murmuraciones, sin juicios, sin críticas. Siendo el último, sin establecer "mi razón" por encima de otra y sin pensar que yo soy más bueno que nadie. Significa que los demás no tienen que actuar según mi criterio y mi forma de entender la vida y la fe. Y, menos aún, criticar y pensar que son unos "inconscientes y sin sentimientos". Ser de Cristo significa tener la docilidad, que vimos ayer, de Rut frente a Noemí: "Donde tú vayas, yo iré; donde tú vivas, yo viviré tu pueblo es el mío, tu Dios es mi Dios". Ser de Cristo significa que no debo imponer al otro el "tamiz de la vida" que yo me impongo, sino dejar hacer, a cada uno, uso de su libertad y dejarnos de "critiqueos" porque no hacen lo que yo pienso. ¿Quién tiene derecho a juzgar sino solo Cristo? Santa María de Caná, ruega por nosotros.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario