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Misioneros franciscanos al servicio
de la Tierra Santa
Algunos días antes de Navidad, el Terra Sancta School de Belén se llenaba de gritos de alegría, de risas, de paquetes en las espaldas e incluso de sonido de campanillas. ¿El motivo? La llegada de Papá Noel a la Casa del Niño, o Franciscan Boys Home.
Esta casa acoge a 34 chicos de entre 6 y 18 años. Proceden de familias necesitadas o con problemas sociales, desempleo, violencia… consecuencias de la situación económica en la que está inmersa Palestina. Alrededor de la mitad de los chicos son externos: duermen en casa de sus padres pero pasan la tarde, tras las clases, en la Casa del Niño. Aquí, en un ambiente estructurado, exigente pero benévolo, disponen de apoyo escolar y acompañamiento. El resto de los chicos viven en la Casa y vuelven a casa de sus padres los fines de semana. Están acompañados por 13 adultos que trabajan con y por ellos: profesores, un cocinero, asistentes sociales, una señora de la limpieza…
Este día, todos los chicos estaban reunidos en la capilla de la escuela para celebrar la misa de Navidad, presidida por fray Dobromir Jasztal, vicario custodial. Su homilía trataba de la promesa de paz y justicia que Jesús llevó a cumplimiento, viniendo a la Tierra. Es difícil ver paz y justicia en la situación actual del país, pero lo esencial es comprender que no se construye la paz queriendo destruir al prójimo, sino dejando lugar a Jesús y compartiendo su paz con los demás.
Al finalizar la misa llegó Papá Noel, que distribuyó los regalos junto con fray Dobromir y fray Peter Vasko, presidente de la Fundación Franciscana por Tierra Santa (para mayor información, visita el sitio en internet Http://www.ffhl.org/). Cada niño fue llamado por su nombre y recibió como regalo un juguete, ropas y chocolate. «Hace una semana que preparamos esta fiesta –explica fray Marwán-. Los regalos están personalizados; cada uno recibe un juguete adecuado a su edad, lo cual ha llevado su tiempo escogerlos. Estamos como en una gran familia, ¡con 34 hijos!».
Durante estas fiestas han estado presentes algunos benefactores de la Casa del Niño. De hecho, son 18 las familias de Belén y Jerusalén que se benefician del apoyo económico y material de este proyecto.
Cuando se pregunta a fray Marwán por qué esta fiesta de Navidad es importante para los chicos, nos responde con sinceridad: «Para los muchachos es esencial divertirse y recibir regalos. Para llegar a ser un adulto equilibrado y bueno, es necesario haber tenido una infancia correcta, con su parte de despreocupaciones, juegos y buenos recuerdos». Luego, precisa con aire convencido: «Quizá pensabais que iba a hablar de religión y del significado de esta fiesta. ¡No! Son niños. No piensan en la religión, en la teología, que son preocupaciones de los adultos. Nuestra prioridad es que tengan recuerdos de calidad».
Realmente se siente que –en la voluntad de todo el equipo de hacer de estos chicos verdaderos hombres, en la atención que prestan a los más jóvenes y en la alegría compartida de estar todos reunidos en esta fiesta de Navidad- en la Casa del Niño se respira la presencia de Jesús, niño de Belén como ellos.
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