sábado, 3 de enero de 2015

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN; POR JOSÉ ANTONIO SIGLER.

EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN: "Todo el que tiene esperanza en él se purifica a sí mismo../..Todo el que permanece en él no peca. Todo el que peca no le ha visto ni conocido". (1ª Lectura del día). San Juan nos plantea tres deducciones sobre nuestra vida de fe. Hay más, pero por hoy nos podemos examinar de estas tres, que no es poco.  La primera deducción verifica nuestra necesaria purificación. Uno diría: "y yo ¿de que me tengo que purificar?", y esto es lo más acertado y "oportuno" porque implica un deseo de hacerlo. Pero si la pregunta es: ¿porqué me tengo que purificar", poco hemos entendido el sermón de la montaña y poco entramos en la "obediencia y docilidad" que se requiere ser discípulo de Jesús. Si no te consideras pecador y con "defectos" poco podrá hacer la gracia de Dios, e inútil haces su venida y entrega generosa. Con las dos siguientes deducciones andamos en la "cuerda floja" y en la contradicción: Sentimos (y tenemos experiencia) de que estamos en Él y caemos en el pecado; pecamos y sin embargo lo conocemos. ¿Es que la fe es un "espejismo"? No, en absoluto, sino que nos confirma, por un lado nuestra debilidad (y contingencia) humana y, por otro, nuestro deseo hacia la vida plena (por el bautismo, no en agua, sino en Espíritu. Evangelio de hoy). Os invito a leer Col 3,5-16j, (Oficio de Lecturas de hoy), se nos aclara muchas dudas. Hemos terminado nuestro encuentro de Comunidad y en Jesús niño nos hemos "revestido" de Cristo. Pues por ahí anda la clave de estas lecturas. Santa María de Caná, ruega por nosotros.

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