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MÁS MUERTES POR ABORTO A LA SEMANA QUE POR ACCIDENTES DE TRÁFICO AL AÑO
Hoy es el Día de los Santos Inocentes, en el que recordamos la matanza de bebés que ordenó el Rey Herodes tras el nacimiento de Cristo. Es una buena fecha para recordar el resultado de las leyes creadas y mantenidas por los Herodes de hoy en día. En el caso de España, las leyes abortistas ya han dejado un reguero de más de dos millones de cadáveres.
(Elentir/InfoCatólica) Como de costumbre, el gobierno ha retrasado como hace cada año -y este año con más retraso de lo habitual- la publicación de las cifras anuales de abortos del año anterior, que suelen darse a conocer en plenas fiestas navideñas con el propósito descarado de que pasen desapercibidas. Sin embargo, ya se han ido publicando datos autonómicos que apuntan a más 110.000 inocentes asesinados por el aborto en España en 2013, según un informe hecho público el 17 de diciembrepor el Instituto de Política Familiar. Tomando los datos oficiales de los que disponemos y los datos hechos públicos por el IPF en el citado documento y el "el informe El aborto en España 1985-2011″, éste es el siniestro panorama estadístico que deja en España el crimen del aborto:
La cifra de niños y niñas abortados hasta ahora en España equivale a exterminar a las ciudades de Barcelona y Palma de Mallorca juntas. Se trata de la segunda y la octava de las ciudades españolas con mayor número de habitantes.
España ya es el tercer país de la Unión Europea con más abortos. Actualmente sólo Francia y el Reino Unido nos superan en cuanto a número de niños por nacer exterminados. España ya ha superado en esto incluso a Alemania, con más habitantes que nuestro país.
Teniendo en cuenta las últimas estadísticas disponibles, relativas a 2012, el aborto podría situarse ya como la segunda causa de muerte en España, sólo superado por las enfermedades del sistema circulatorio.
Tomando como referencia la última cifra oficial disponible, en España mueren abortados 307 niños y niñas no nacidos al día, casi 13 inocentes muertos cada hora.
Siguiendo las cifras oficiales de 2012, en España mueren abortados 2.161 niños y niñas no nacidos cada semana, más que la cifra de muertes por accidente de tráfico en un año, en el citado periodo fue de 1.915.
Al mes son matados en España 9.365 niños y niñas no nacidos, 2,64 veces el número de suicidios que se producen al año, que en el caso de 2012 fueron 3.539.
El aborto mata a 1 de cada 5 niños y niñas por nacer en España. Según el IPF, en 2013 se habrán producido 535.000 embarazos de los que más de 110.000 habrían terminado en aborto, esto es, el 20,5% de los embarazos. Este porcentaje superaría al de 2012, cuando fueron exterminados el 19,8% de los niños y niñas por nacer en España.
Durante los tres años que llevamos de mandato de Rajoy, el Estado ha gastado en perpetrar abortos 54 millones de euros, casi 9.000 millones de pesetas, a razón de 18 millones de euros al año. Una cantidad que sirve para financiar, principalmente, a empresas privadas -mal llamadas clínicas- que se enriquecen con el exterminio de niños por nacer. Paralelamente,España está en el furgón de cola de la Unión Europea en ayudas a la maternidad, lo que deja en evidencia que el Estado empuja a las mujeres a abortar.
El aborto ya supone casi la mitad del déficit de natalidad que tiene España, un déficit que da lugar a un envejecimiento de la población y que supondrá en el futuro graves problemas sociales y económicos, como la imposibilidad de mantener el actual sistema de pensiones al haber cada vez menos población activa por cada pensionista.
La responsabilidad de los votantes ante este genocidio silencioso
Estamos ante el mayor genocidio de la historia de España, un genocidio silencioso que tiene como víctimas a los más inocentes e indefensos, y que se perpetra con dinero público que pagamos todos los contribuyentes, al amparo de leyes inmorales e injustas, y con la complicidad de los dos grandes partidos, el PSOE y el PP, que han ido promoviendo y consolidando el aborto en España durante tres décadas incluso a costa de traicionar sus compromisos electorales -como ha hecho Rajoy-, y de implantar una ley abortista que no figuraba en ningún programa electoral, como hizo el PSOE con Zapatero y la Ley Aído. A estas alturas ya no se puede obviar lo que implica apoyar a esos partidos y a otros que, como ellos, apoyan las leyes criminales que provocan esta matanza. Votar a los partidos que apoyan o mantienen esas leyes abortistas es hacerse moralmente cómplice de sus cruentos resultados. Y si nos referimos a términos puramente pragmáticos, desde el punto de vista de alguien que quiera promover el derecho a vivir, votar a esos partidos es tirar el voto, especialmente si tenemos en cuenta que en el escenario político hay otras opciones a la que votar que sí defienden el derecho a la vida.
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