EL ALBA SE ASOMA A MI ORACIÓN: "Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón; a ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo". (2ª Lectura del día). Fiesta de la Sagrada Familia. Esta lectura no es cualquier cosa para este día, porque es aplicable en su integridad al matrimonio. ¡Cuántos cónyuges no discuten al día! Y el problema no es que discutan, sino que no "dejan paso" a la paz, la concordia y al entendimiento. La clave es esta lectura, la clave es dejar que Cristo "modere" vuestras discusiones, la clave es tener el convencimiento claro de que las familias formamos una unidad. Plantear el matrimonio con un concepto de unidad en el sentido de que "contigo, pan y cebollas", dura dos días, termina hartándote de "cebollas y pan". Esto es tener un idea muy idílica del matrimonio. La unidad de Cristo pasa por la donación, entrega y sacrificio. Pero, ¡qué poquito lo hacemos! El gran valor que nos mantiene unidos es la fidelidad. Esto nos tiene que servir de trampolín para ir "limando asperezas" y dejar que Dios sea el eterno "acompañante" de nuestro camino. San Pablo nos lo vuelve a repetir: "Sobrellevaos mutuamente y perdonaos, cuando alguno tenga quejas contra otro". Santa María de Caná, ruega por nosotros.
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