2014-12-31 Radio Vaticana
(RV).- Han sido 26 los agentes pastorales asesinados en el mundo en el 2014, tres más que en el año precedente. Son los datos que emergen del informe que la Agencia Fides dedica cada año a los miembros de la Iglesia católica víctimas en gran parte de actos de violencia sufridos durante el ejercicio de sus ministerios. Por seis años consecutivos, el número más alto de agentes pastorales asesinados se ha registrado en el continente americano.
Tal vez sea por el impagable heroísmo de su gesto que quienes se destacan en una lista que cada vez causa dolor, este año son aquellos religiosos, esas monjas, los laicos que han mirado a la cara el virus del Ébola, y sobre todo han mirado el rostro de quienes han sido afectados, para luego decidir que poner en riesgo sus propias vidas ayudando a quienes estaban al borde de la muerte tenía más sentido que tomar distancia de ellos para seguir el instinto de supervivencia.
De las 26 víctimas del informe que murieron de forma violenta, 17 fueron sacerdotes, un religioso, 6 religiosas, un seminarista, un laico.Más de la mitad de ellos, 14, fueron asesinados en el Continente americano – entre los cuales 12 sacerdotes. Otros 7 agentes, dos sacerdotes y cinco monjas, fueron asesinados en África, el resto en Asia (un sacerdote y una religiosa), Oceanía (un sacerdote y un laico) y en Europa, en donde perdió la vida un sacerdote.
El informe de Fides, señalando que no utilizan el término “mártires”, sino el de “testigos” “para no entrar en el juicio que la Iglesia podrá dar a algunos de ellos”, y también “por las pocas noticias que se consigue recoger sobre su vida y las circunstancias de la muerte”, subrayan que aún una vez más “la mayor parte de los agentes pastorales asesinados en el 2014 han encontrado la muerte como resultado de intentos de robo o hurto”, y que en algunos casos las agresiones fueron cometidas “con ferocidad", señal del clima de decadencia moral, de pobreza económica y cultural, que "genera violencia y desprecio por la vida humana”.
Algunos de ellos – prosigue la nota – “fueron asesinados por las mismas personas a las que ayudaban, otros abrieron la puerta a quienes pedían ayuda y fueron atacados, otros fueron asesinados durante un robo, para otros el motivo de los asaltos y secuestros que terminaron trágicamente no está claro, y tal vez nunca se sepan las verdaderas causas”.
En la nota se aclara que ninguno de ellos ha realizado gestos increíbles, pero que “han vivido con perseverancia y humildad su compromiso diario de dar testimonio de Cristo y de su Evangelio en este tipo de situaciones”.
El informe habla de la condena que pesa sobre los mandantes del homicidio del obispo de La Rioja (Argentina), Mons. Enrique Angelelli, 38 años después del asesinato del Prelado, asesinato que trató de camuflarse con un accidente de coche; y también de la condena de los mandantes y de los ejecutores del asesinato de Mons. Luigi Locati, Vicario apostólico de Isiolo (Kenia), asesinado en 2005; mientras fueron arrestados los responsables de la muerte del Rector del Seminario de Bangalore (India), p.Thomas, asesinado en 2013. Las últimas líneas son las de una débil esperanza a la que no se quiere renunciar prematuramente: esperanza por el destino de los agentes de pastoral secuestrados o desaparecidos, de los cuales no se tienen más noticias, como los tres sacerdotes congoleños Agustinos de la Asunción, en la República Democrática del Congo en octubre de 2012, o como el jesuita italiano Padre Paolo Dall'Oglio, secuestrado en Siria el año pasado, o el Padre Alexis Prem Kumar, secuestrado el pasado 2 de junio en Afganistán. “A las listas provisionales elaboradas anualmente por la Agencia Fides, de hecho, siempre hay que añadir la larga lista de muchos, de los cuales tal vez nunca se tendrán noticias o de quienes no se conoce el nombre, que en todos los rincones del planeta sufren y pagan con la vida su fe en Jesucristo”.
(GM - RV)
(from Vatican Radio)
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