Luto en España que no quiere decir que oficialmente España esté de luto...
En mi semanal tribuna de todos los lunes en Información San Fernando ofrezco mi opinión sobre lo incomprensible de esta situación.
Jesús Rodríguez Arias
LUTO EN ESPAÑA
Luto en España que no quiere decir que oficialmente España esté de luto aunque sea verdaderamente incomprensible para la inmensa mayoría que presenciamos entre la sorpresa y la indignación como pasan los días, como los muertos por culpa del Coronavirus se amontonan y no se ha decretado desde el 14 de marzo duelo oficial por parte del Gobierno de la Nación siendo pocos los Ayuntamientos e instituciones que han ordenado poner la bandera a media asta, que en las principales plataformas de comunicación no aparezca ni el crespón negro, tendrán quince millones de razones para actuar así, y tanto el presidente como su gabinete y los políticos de su cuerda no han mostrado en su indumentaria un símbolo de luto ante una situación demasiado dura se mire por donde se mire. Solo la titular de Defensa, Margarita Robles, ha tenido gestos de sensibilidad y palabras de cariño hacia las víctimas del COVID-19, se ha enorgullecido de los hombres y mujeres que tiene a su cargo en las Fuerzas Armadas por su entregada labor.
Los fallecidos por esta maldita pandemia solo son números que sirven para completar una fría estadística. No tienen nombre, apellidos, caras, ni tampoco origen. Son una especie de “apestados” a los que hay que eliminar de la memoria colectiva con anuncios como los de las fases de la “desescalada”, de la ampliación del estado de alarma sine die mientras nos cuelan leyes que interesan salgan adelante sin pasar por debate parlamentario como puede ser la polémica de Celaá…
Y al ser simple números pues no se tiene conciencia de que sean compatriotas que han trabajado para sacar España hacia adelante, han contribuido con sus impuestos al sostenimiento del estado del bienestar que disfrutábamos hasta ahora, han mantenido por ejemplo la sanidad pública que no es invento de una determinada formación política sino que ya estaba incluso antes de la democracia.
Sí, en España se silencia todo lo relativo a los fallecidos por culpa de la pandemia. Estos mueren en la soledad, sin poderse al menos despedir de sus seres queridos que son los que reciben la llamada donde les comunican la triste noticia y al día siguiente, en el mejor de los casos, les informan que ya pueden ir a recoger sus cenizas. Se entierra y adiós muy buenas.
El muerto al hoyo y el vivo a llorarlo solo. Las familias se convierten en las víctimas dolientes del Coronavirus. Porque por un lado han perdido a su familiar y por otro se encuentran con el cruel silencio impuesto. Reciben llamadas de familiares, amigos, vecinos, algún sacerdote, pero no de ninguna autoridad que les ofrezca un mensaje de consuelo en momentos tan difíciles. ¡Nada! Hay que pasar página pues un fallecido por esta causa es menos que un apestado y su familia también.
¿No me podéis refutar que todo esto es una enorme crueldad? Crueldad con los fallecidos, con sus familias, con los contagiados, con España entera que llora en silencio toda la impotencia e indignación que siente. Que estemos metidos en casa no quiere decir que seamos ajenos a la situación. Siempre digo que hay dos momentos sagrados en la vida: Cuando se nace y cuando se muere. Ahí no hay distingos de ninguna clase y somos muchos los que pensamos que se están despreciando a nuestros muertos. No es normal que en cientos de casas pongan la enseña nacional y negro crespón mientras en las instituciones públicas, que pagamos todos incluso los que han fallecido con esta pandemia y sus familias, nada de nada. Es cruel e inhumano este ordenado silencio que quiere llevarnos al olvido.
El otro día dijo el presidente del gobierno que cuando pase todo se hará un “memorial” a las víctimas del Coronavirus, que teníamos su “palabra”. A estas alturas no me creo nada. Por eso es bueno que levantemos la voz, que no nos callemos, que mantengamos vivo el recuerdo de los inocentes que han fallecido por este demoníaco virus porque es una forma de honrar a nuestros muertos y sus Familias que han quedado sentimentalmente destrozadas para siempre. Es un acto de necesaria Justicia con nuestros semejantes. Y no olvidemos que quién desprecia a los muertos también lo hace con los vivos.
Mi apoyo, cariño y oración a todas las víctimas del Coronavirus.
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