Entre las nuevas normas que regulan la práctica religiosa impuestas por la dictadura comunista en China, figura la prohibición de celebrar funerales y exequias fuera de los templos cristianos oficialmente reconocidos.
(Agencias/InfoCatólica) Como es habitual, las nuevas reglas no se aplican de manera uniforme en todo el país. Según informa Uca News, en la provincia oriental de Zhejiang, el gobierno ha decretado que los sacerdotes no pueden celebrar ningún tipo de ceremonia por los fallecidos fuera de los templos. Eso significa, por ejemplo, que durante el entierro de los fieles no podrá darse ningún rito.
De hecho, se prohibe que los sacerdotes desarrollen tareas religiosas en las casas de los fallecidos y «no se permite que más de 10 miembros de la familia del difunto lean las Escrituras o canten himnos».
Un sacerdote de la provincia de Henan ha explicado que los funcionarios del gobierno han pedido a los sacerdotes que sigan estrictamente las nuevas reglas sobre asuntos religiosos: «De lo contrario, habrá sanciones. El castigo podría implicar incluso la claudura de la iglesia y la cancelación del certificado que permite ejercer el sacerdocio».
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