Un grupo de científicos abordó en un evento organizado en la Universidad de La Sapienza (Roma), la relación entre la ciencia y la fe durante un homenaje a la beata Guadalupe Ortiz de Landázuri.
Hace dos semanas, en la Universidad La Sapienza, de Roma, tuvo lugar un encuentro sobre la relación entre la ciencia y la fe, a partir del testimonio de Guadalupe Ortiz de Landázuri (1916-1975), la primera química beata que “tuvo el valor de estudiar lo que en aquel momento, injustamente, no se consideraba adecuado para el cerebro femenino”. De la conferencia surgió la propuesta de que se convirtiera en la patrona de los químicos de todo el mundo.
¿Existe una fórmula que combina la racionalidad del hombre con su percepción innata de que hay algo más allá de la materia que puede ser tocado y medido? Y además, ¿hay alguna manera de reconciliar la ciencia y la fe? Podríamos decir que la vida de Guadalupe Ortiz de Landázuri (1916-1975), doctora e investigadora de Ciencias Químicas, beatificada en Madrid el 18 de mayo de 2019, ha sido una continua búsqueda de respuestas a estas preguntas. Una vida dedicada a la formación y la experimentación, buscando algo que la llevara a descubrir la fórmula de la “química de la santidad”.
La storia della prima donna chimico beata che «ebbe il coraggio di studiare ciò che all’epoca, ingiustamente, non era ritenuto adatto al cervello femminile»: un incontro sulla testimonianza di Guadalupe Ortiz de Landázuri #Sapienzasuimedia #Dctf_Sapienzahttps://www. pporto-tra-scienza-e-fede-attraverso-gli-occhi-di-guadalupe.aspx
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La relación entre la ciencia y la fe y el diálogo entre ambas realidades se debatió el 5 de febrero de 2020 en la Universidad La Sapienza de Roma, que organizó una jornada de debate científico y de comunicación en la que también se relató la historia de la figura de Guadalupe.
Guadalupe, ¿patrona de los químicos?
La reunión comenzó con un discurso del Profesor Bruno Botta, director del Departamento de Química y Tecnologías Farmacéuticas de la Universidad. El profesor Botta explicó la génesis del encuentro nacido “casi por casualidad”, aunque para un hombre que tiene un hijo sacerdote “es difícil hablar realmente de casualidad”, añadió.
Tras la presentación de los ponentes, el Prof. Silvestre Buscemi, profesor de Química Orgánica de la Universidad de Palermo, tomó la palabra con un discurso “ni químico ni teológico”, como él mismo lo definió, pero con el deseo de explicar por qué se apasionó por la historia de Guadalupe. Para el Prof. Buscemi Guadalupe ha contribuido a romper las barreras en la investigación científica, y también por esta razón espera que pronto sea canonizada y, por qué no, sea la santa patrona de los químicos de todo el mundo.
Además, Guadalupe, como muchos químicos testifican, “estudiando los átomos y moléculas encontró consuelo en el hecho de que la naturaleza está ordenada y no es caótica. El estudio me confirma que todo está ordenado, en mi opinión preordenado. Algunos llaman a este orden naturaleza, personificándolo, yo lo llamo Dios”.
El testimonio de la compatibilidad entre la ciencia y la fe
La profesora Marcella Trombetta, catedrática de Fundamentos Químicos de la Tecnología en la Universidad Campus Bio-Medico de Roma, esbozó una doble perspectiva histórica. Por un lado, la parábola de la relación entre la ciencia y la fe, “eterno debate”, desde las palabras de San Agustín hasta la obra de Pasteur. Por otro lado, la biografía de Guadalupe, desde la infancia hasta la muerte, que tuvo lugar en Pamplona el 16 de julio de 1975.
¿Fue Guadalupe la protagonista de una primera ola de feminismo o un testigo creíble de la compatibilidad entre la ciencia y la fe? Profundizando en dos aspectos de la vida de la beata, el profesional y el de la fe, la profesora Trombetta llegó a la conclusión de que Guadalupe era ambos, porque “tuvo el valor de estudiar lo que en su momento no se consideró injustamente adecuado para el cerebro femenino” y porque su tesis doctoral sobre los tejidos que se pueden obtener de los desechos de la elaboración del arroz, “hoy habría sido una publicación como protagonista del mundo de la investigación”, en virtud de su inspiración ecológica.
Además, tuvo la oportunidad de contar la época mexicana de la vida de Guadalupe centrada en la formación de las mujeres, con un esbozo de sus aventuras en el gran estado norteamericano.
La beata Guadalupe, el abad Senderens y el padre Nieuwland
El profesor Giovanni Battista Appendino, catedrático de química orgánica de la Universidad de Piamonte Oriental “Amedeo Avogadro”, puso a Guadalupe en excelente compañía de otras dos personas que tuvieron la capacidad de vivir con fe una vida de investigación científica y de plena vocación cristiana: el abad Senderens y el padre Nieuwland.
El relato de la vida de estos dos eruditos, que hicieron descubrimientos excepcionales como la creación del primer polímero, enriqueció el debate sobre la compatibilidad entre la ciencia y la fe.
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